El Vivac, hoy centro multifuncional de Santiago de Cuba

Por Adriana Danae Martínez Formigo

El edificio del Vivac, antigua cárcel de Oriente, hoy sede de la filial de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC), en la ciudad santiaguera, destaca por ser baluarte histórico durante las luchas por la independencia en el país.

A decir de Omar López, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCC), la institución ubicada en la antigua calle de la Marina Baja, a pocos metros del Parque Céspedes, se instauró en 1846 como Real Cárcel de Santiago de Cuba.

Durante la etapa colonial funcionó como trasiego para retener a los patriotas, entre ellos el autor del Himno Nacional, Perucho Figueredo.

López refirió la existencia de otros prisioneros, quienes luego resultaron fusilados en el «matadero», sitio del cual se serviría la metrópoli para asesinar a los cubanos participantes en la guerra contra España.

El político y escritor santiaguero Emilio Bacardí, encarcelado por conspiraciones independentistas, corrió con mejor suerte al ser trasladado a otra penitenciaría, explicó.

Años más tarde, al iniciar la última etapa revolucionaria, el líder de la clandestinidad Frank País García dejó tras su paso una ilustración de la chimenea del edificio, pieza que se conserva en el museo del mártir en la ciudad, su casa natal.

Sin embargo, sería después del levantamiento del 26 de julio de 1953 que existiría la mayor concentración de revolucionarios cubanos trasladados al centro.

El primero de agosto del propio año entrarían por grupos los moncadistas sobrevivientes, entre ellos los hermanos Fidel y Raúl Castro; y Haydée Santamaría, comentó el historiador.

Recordó que en el Vivac se fotografió a Fidel Castro por primera vez luego del asalto al segundo cuartel más importante de la tiranía batistiana, icónica foto donde está parado junto al retrato de José Martí, inspiración para interpretaciones posteriores sobre el autor intelectual del hecho.

A partir de los cambios impulsados con el triunfo revolucionario en 1959, este significativo lugar de la urbe santiaguera mantuvo sus funciones como cárcel hasta 1968 bajo las órdenes del Ministerio del Interior.

Cambió a dependencia de la Academia de Ciencias, Museo Histórico, y se estableció en ese orden el Archivo Municipal, Provincial y la Oficina de la Historiadora de la urbe.

Con el crecimiento habitual de las fuentes documentales y las condiciones constructivas propias de un viejo reclusorio, la humedad y poca ventilación impidieron que continuara prestando los servicios de conservación de archivos.

Su riqueza arquitectónica y las historias que devienen de este sitio permitieron convertir la cárcel de tratos inhumanos del pasado en un lugar de búsqueda de información, y en la actualidad varios proyectos encaminados por la Oficina del Conservador permitirán otorgarle al Vivac nuevos fines como centro multifuncional para la interpretación del patrimonio nacional y formación universitaria.

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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