La madrugada de este lunes duró poco para Claudia Moniet Romero ante las expectativas –igual para muchos- por el inicio del curso escolar 2023-2024 en la provincia Santiago de Cuba; sucedió como siempre, el ajetreo de los padres ante las carencias mayores de hoy; la preparación de la mochila, el transporte, el reacomodo del horario de cada miembro de la familia y el reto ante un nuevo nivel de enseñanza que comienza.
Y para suerte de Claudia y sus compañeros (as) de aula del duodécimo grado del pre universitario Rafael María de Mendive, el recibimiento lo cambió todo, porque padres, maestros y trabajadores de servicios inundaron de alegría la plazoleta de la otrora instituto, donde estudió Fidel, allí en la calle Reloj, esquina Aguilera, en los predios del parque Dolores.
Al igual ocurrió en las lomas de Comecará, La Lata, Cruce de los Baño y monte adentro en el resto del empinado Tercer Frente; qué decir del inicio del curso escolar en Soledad de Mayarí Arriba, por ejemplo, en Tumba Siete, Boca de Mícara, Loma Blanca y San Benito de Mayarí; incluso, con sus uniformes bien limpios, el cuidado de los zapatos y bolsos hechos por las industrias locales, así no faltaron los alumnos de Los Negros, de Baire y la Torcaza en los predios intrincados del municipio Contramaestre.
Sucede que en esta provincia con más montañas que llanos, el curso escolar también es prioridad, en tanto fiesta de pensamiento, de la unidad y resistencia ante el bloqueo.
Cuando usted ve el respeto y cuidado que entraña la escuela en poblados rurales como Belleza, Río Arriba, Ermita, Cabañas en los predios de Baltony, hoy Consejo Popular Los Reynaldo, significa que allá en Songo-La Maya –como en toda Cuba- la dignidad y el decoro no han emigrado; mucho menos ése amor, apego a lo local, a la identidad que nos magnifica en otro curso escolar, pero de 46 semanas y que busca la normalidad como antes de la pandemia.
A tres horas de Santiago de Cuba, en el poblado de Uvero, como en La Plata; la fiesta connota un país orgulloso, sabedor que por la Educación pasan todos nuestros sueños, alegrías y pesares, anhelos y retos, por eso, en Baraguá, municipio Mella, la fiesta de este inicio escolar se centró en el pensamiento de Maceo, sin olvidar a Martí como ocurrió en la apertura de las aulas en tierras de Majaguabo en San Luis y en la llanura del Cauto, en Palma Soriano.
Se dice fácil, pero reflexionemos cómo es posible que Cuba sitiada inicie el curso escolar con una gran fiesta donde participan más de 1 millón 622 mil estudiantes de alrededor de 10 mil 800 instituciones educativas en todo el país, en condiciones de carencias materiales debido al bloqueo, no obstante, la realidad es ajena a cifras espeluznantes como: el aumento en un sesenta por ciento del número de suicidios juveniles en EE.UU. en la última década; los crímenes en las escuelas o el desamparo educacional en contrapicada, por citar algunos temas, que ensombrecen la docencia en Norteamérica.
Si la madrugada de este lunes duró poco para la joven Claudia Moniet Romero, la de hoy será más efímera ante otras nuevas en el curso escolar 2023-2024 en la provincia Santiago de Cuba; por lo demás, ella comprobó que la mayoría de sus amistades siguen juntas, que la escuela está más bella y valió la pena cuidar los zapatos, la falda hasta la mochila del anterior año, porque lo reitera el Principito: lo más importante es invisible, de ahí, que reír estudiar, hacer más amistades e insertarse en el próximo concurso reconforta… y eso es incalculable ¡Soñar Despierto!.