Hay sucesos que por su alcance social y carácter soberano devienen ejes transformadores de la conciencia, al tiempo de enriquecer el conocimiento, la capacidad de discernimiento y una visión más preclara de nuestro rol como seres humanos.
Nada exagerado cuando se alude al Sistema Educacional en Cuba y su vigorosa incidencia en la sociedad, proyectado por nuestro líder histórico, Fidel Castro Ruz, desde el triunfo de la Revolución.
La reflexión no es casual, sino atemperada a la proximidad del curso 2023-2024, una nueva etapa que abrirá sus puertas, en esencia, con el orden y las condiciones necesarias, después del difícil enfrentamiento a una pandemia que trastocó el avance normal de todas las enseñanzas.
Toda la población conoce cuánto se hizo para dar continuidad a las clases en circunstancias muy complejas, no solo por las interrupciones y adecuación de los planes de estudio, sino, además, por las dificultades económicas, fruto, en lo fundamental, de la perversidad del imperio norteamericano al recrudecer el bloqueo contra el país.
Mas la solidez del Sistema Educacional, logro cardinal de la Revolución, impidió que se lastimaran los objetivos básicos. A la par del necesario orden económico y social en todas las esferas de la sociedad, en las espinosas situaciones, post pandémica, los directivos, los maestros y profesores, y los estudiantes de todos los niveles no se rindieron y ahora se empinan para emprender el nuevo curso.
Tal y como se asegura, si bien la carencia de algunos materiales de estudio y otros recursos estarán aun presentes, en los inicios de las clases, no constituirán impedimentos para desarrollar un curso con calidad en el aprendizaje durante las semanas presenciales previstas, porque la mayor prueba de fuego ya se venció, cuando los efectos nocivos de la enfermedad, el aislamiento, los nasobucos y las clases a distancia se anteponían como serios obstáculos.
Quedan por delante muchos desafíos, no solo de carácter objetivo, sino aquellos otros que empañan valores a escala de algunos centros, sobre todo en lo que se refiere a la disciplina y el respeto entre escolares y maestros, nada propio de la plataforma educacional. En tal sentido será importante fortalecer, por ejemplo, las relaciones escuela-familia, de manera que los objetivos marchen abrazados, en razón de alcanzar los mejores resultados para bien personal y social, de ahí la necesaria responsabilidad y el interés en todas las acciones.
Junto al aprendizaje otros componentes presentes siempre en el Sistema, marcarán los planes generales como parte de la formación integral en los distintos niveles de enseñanza, a tono con la aprehensión de los más sublimes valores.
Este nuevo curso, que se iniciará el próximo 4 de septiembre, no será una excepción en lo que se refiere al emprendimiento y la alegría de la nueva jornada, promisoria, además. de resultados superiores porque cada sector de la sociedad se ha comprometido con su desempeño para que así sea, y alumnos y profesores de todas las enseñanzas cumplirán el sueño de vencer con creces todos los problemas.
