A 124 años de su natalicio, Santiago y toda Cuba recuerdan a Doña Rosario

En Cuba hay madres que, por su entereza y capacidad de amar con la fuerza de la verdad y la justicia, se convierten en paradigmas en la historia de la humanidad, de ahí el respeto y la reverencia eterna del pueblo.

Doña Rosario García es de esas madres que ocupan un sitial de honor, ganado con la grandeza de su corazón y el coraje, ante el terrible suceso de haber perdido a dos de sus hijos, Josué y Frank País, dos jóvenes, casi niños,  que la Patria acogió en su seno, cuando la perversidad, el odio y el crimen bañaban las calles de Santiago de Cuba de dolor y sangre.

Josué tenía solo 19 años cuando en un enfrentamiento con los esbirros de la dictadura de Fulgencio Batista, es asesinado el 30 de junio de 1957 y un mes después el 30 de julio de ese año es ametrallado en un acto de horror e igual cobardía, Frank, líder de la lucha clandestina, en momentos en que Santiago luchaba decidida a acabar con la tiranía sangrienta.

En el entierro de Josué la madre pidió que destaparan su rostro para que viera cuánto lo quería su pueblo, sin imaginar que un mes después continuaría desgarrándose su corazón ante la pérdida de su otro hijo. Según reza la historia, los asesinos lo habían llevado al cementerio, pero Rosario no lo permitió y rescató su cuerpo. Luego acontece la gigantesca peregrinación y el tributo de todos los santiagueros, como un desafío y una determinación  de condena.

Al momento de los trágicos acontecimientos Rosario vivía en San Bartolomé No. 226, entre Habana y Maceo. A seguidas se traslada a una vivienda ubicada en el barrio de El Tivolí. Estando allí sucede  el triunfo de la Revolución, en 1959 y desde temprano se involucra en las actividades revolucionarias; llega a ser Presidenta de Honor de la Federación de Mujeres Cubanas y en todos esos años recibe el respaldo y el amor de Fidel Castro, Vilma Espín y otros líderes importantes, quienes la visitan con frecuencia a su hogar.

Aún transitan por las calles de El Tivolí muchos de aquellos niños con los que organizaba actividades de participación y hasta había llegado a formar un coro de voces. Cuentan que siempre decía que le gustaba vivir en esa especial barriada porque desde allí se podía divisar a Santiago y toda su belleza.

Rosario García Calviño nació el primero de agosto de 1899 en Pontevedra, España y muere el 5 de agosto de 1977, en Santiago. Había venido a los 18 años y a los 28  contrae matrimonio con el pastor de la Iglesia bautista, Francisco País, quien tenía, entonces 65 años; relación de la cual nacieron sus tres hijos: Agustín, Frank y Josué.

Hoy y siempre Santiago de Cuba y toda la nación la recuerda con el orgullo de haberla acogido como una grandiosa hija, quien supo impregnarle a  sus hijos el amor por la vida digna y  el bien de la Patria.

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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