En un gesto ya habitual al pisar la Cuna de la Revolución, Díaz Canel, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba llegó raudo al Corredor Patrimonial, tras concluir otra visita gubernamental a la vecina Guantánamo.
Allí el silencio casi rotundo, sólo el vuelo de algunas palomas y pájaros y el toque ceremonial que advirtió un nuevo cambio de guardia de honor; entonces, vestido con camisa azul de mangas largas y pitusa oscura, el Presidente Díaz Canel fijó su vista hacia el centro del monolito volcánico y entró al recinto rematado en mármol crema claro y con diecinueve balaustres, más dos pilastras, todo fijado con pernos de bronce, ante cualquier sacudida sísmica.
De pronto, Díaz Canel repitió un gesto íntimo: colocó su diestra sobre la placa de mármol verde oscura procedente de Guatemala y siguió su mirada más profunda sobre aquellas cinco letras que entrañan compromiso y que sólo él sabe cuánto dijo en esta pausa, en medio del zafarrancho ante las adversidades, la apremiante situación económica, el recrudecimiento del bloqueo y el reto inmediato ante la nueva visita de trabajo gubernamental en la provincia Santiago de Cuba.
El nuevo tributo de Díaz Canel a los próceres de la Patria, coincidió con el aniversario 72 del Mausoleo a José Martí. Joya arquitectónica que se impone a 26 metros de altura y 86 de largo, cuál cámara funeraria muy cuidada en cada uno de sus detalles, porque allí no sólo reposan los restos del Héroe Nacional de la República de Cuba, sino se funden en este conjunto: la historia, la cultura, la identidad, el carácter, las ideas revolucionarias y la nacionalidad cubana.
Cuando se inauguró el Mausoleo a José Martí el 30 de junio de 1951, se partió del consenso de su exclusividad y el carácter solemne que acompañaría a este conjunto arquitectónico en forma hexagonal, de ahí, el por qué se colocaron los escudos, de la década del cincuenta y de veinte repúblicas de América. Marta Hernández Cobas, Máster en Historia y Directora del Centro de Interpretación Funerario del Cementerio Santa Ifigenia, dijo a tvsantiago sobre cuánto significado tiene esta última visita del Presidente cubano Miguel Mario Díaz Canel Bermúdez, en medio de tantas acciones que se realizan por el rescate y conservación del Cementerio de Santa Ifigenia, -Monumento Nacional- desde el 10 de octubre de 1978 y Premio Nacional de Conservación en 2003., motivos para un próximo reportaje, a propósito de los 72 años del Mausoleo a José Martí, los 508 de la ciudad Santiago de Cuba y los 70 de la gesta del Moncada.