Fidel, su partida hacia el exilio

Margarita Piedra Cesar
Margarita Piedra Cesar
Jefa de redacción digital

En la tarde del 7 de julio de 1955, hace 63 años, la prensa vespertina cubana anunciaba en sus titulares: Embarcó rumbo a Méjico el Doctor Fidel Castro. Pero antes, había declarado: «Me marcho de Cuba, porque me han cerrado todas las puertas de la lucha cívica»

Y así fue, en el vuelo 566 de Mejicana de Aviación había partido el joven abogado cubano, que esa misma tarde tocaba tierra azteca por el aeropuerto de Mérida, adonde llegó vestido con traje gris de invierno y llevando como equipaje una maleta corriente con menos ropas que libros.

Tenía entonces Fidel Castro 28 años de edad y comenzaba un exilio forzado, que se extendería hasta la noche del 25 de noviembre de 1956, es decir, 16 meses y 15 días.

El Doctor Fidel Castro junto a un poco más de un centenar de jóvenes había sido protagonista de los asaltos a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba y Céspedes, de Bayamo, el 26 de julio de 1953 en un intento por derrotar al dictador Fulgencio Batista, que había asumido el poder violentamente 16 meses atrás mediante un golpe de estado.

Fracasado ese movimiento de Fidel y sus acompañantes un grupo de ellos, 33 en total, fueron juzgados y sentenciados a largas penas de prisión en octubre de 1953, pero la presión popular obligó a la tiranía a dictar una amnistía que lo puso en libertad el 15 de mayo de 1955 tras 16 meses de presidio.

Sin embargo, ya en libertad al Doctor Fidel Castro se le reprimieron todos sus derechos civiles e incluso se le prohibió todo tipo de relación pública con la prensa y más, después de que en los primeros días de junio de 1955 fue creado el Movimiento 26 de Julio para reiniciar la lucha contra el dictador Fulgencio Batista.

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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