Ciencia versus cambio climático

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La XIV Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo puso de manifiesto los promisorios avances que empieza a mostrar el país para mejorar la capacidad de resistencia de los ecosistemas y comunidades costeras, frente al cambio climático

El panel dedicado al proyecto Mi Costa, efectuado dentro de la XIV Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo, clausurada ayer, puso de manifiesto los promisorios avances que empieza a mostrar el país para mejorar la capacidad de resistencia de los ecosistemas y comunidades costeras, frente al cambio climático.

Las acciones encaminadas a lograr el propósito enunciado, previstas en el proyecto, se implementarán por un periodo de ocho años (hasta 2028), en dos tramos que abarcan siete provincias, 24 municipios y siete asentamientos, a lo largo de 1 300 kilómetros de línea costera en el sur de Cuba.

Según explicó a Granma el máster en Ciencias José Manuel Guzmán Menéndez, director general de Mi Costa, el primer tramo de intervención comprende áreas del litoral sureño de Pinar del Río, Artemisa y Mayabeque, mientras el segundo incluye a las de Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas y Granma.

Precisó que hasta el presente han trabajado en Artemisa, Mayabeque y Granma. Para el caso de los dos primeros territorios mencionados, las experiencias sacadas del finalizado proyecto Manglar Vivo han resultado vitales en la planificación y ejecución de las medidas implementadas para la rehabilitación de manglares y otros ecosistemas costeros, añadió.

Financiado de manera conjunta por el Fondo Verde para el Clima, mecanismo financiero de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y varios organismos nacionales, Mi Costa se propone contribuir a la restauración de unas 11 000 hectáreas de mangle, 1 800 de bosques de ciénaga y 900 de herbazales de ciénaga, además de un número superior a los cien kilómetros de arrecifes coralinos y más de 9 000 hectáreas de pastos marinos.

Ello propiciará la recuperación de esas barreras naturales protectoras de la línea costera, ante la ocurrencia de fuertes marejadas, generadas por huracanes y otros eventos meteorológicos, a la vez que previenen los impactos de los procesos de erosión costera.

Asimismo, resaltó el científico, incrementará la capacidad de adaptación de las comunidades, especialmente en situación de vulnerabilidad, al ascenso del nivel del mar.

Guzmán Menéndez explicó que la selección de los tramos respondió a la solicitud del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), teniendo en cuenta los resultados del Macroproyecto sobre peligros y vulnerabilidad costera para los años 2050-2100.

Significó que la protección y rehabilitación de los ecosistemas que protegen a la costa y la creación de capacidades a nivel de los gobiernos locales y las comunidades, constituyen pilares de notoria importancia en el proyecto, cuya entidad implementadora es el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con la dirección técnica del Instituto de Ciencias del Mar (Icimar), de la Agencia de Medio Ambiente del Citma.

FORTALECER LA RESILIENCIA

José Manuel Guzmán destacó el apoyo recibido de las empresas agroforestales y del personal de las cuatro áreas marinas protegidas, ubicadas en las áreas de intervención, en esta primera etapa del proyecto.

«Si bien falta mucho por hacer, hay resultados concretos en la restauración de los flujos de agua hacia la zona costera mediante la limpieza y mantenimiento de canales y zanjas, así como en la eliminación de microvertederos y otros focos de contaminación».

También se han rehabilitado centenares de hectáreas de manglares y bosques de ciénaga, mientras disminuye la presencia de especies exóticas invasoras, recalcó.

Una arista fundamental de los trabajos previstos tiene que ver con reducir, de forma progresiva, la sobreexplotación de las fuentes de agua subterráneas en esos lugares.

Con respecto al personal involucrado, Guzmán Menéndez se refirió a la creación de 31 centros de capacitación técnica y aulas anexas, donde se han preparado 72 líderes comunitarios, especialistas del Citma y expertos provinciales y municipales, lo cual contribuye al fortalecimiento de los sistemas de monitoreo y de gestión del conocimiento, enfocados en medir la real resiliencia de los asentamientos costeros a los impactos del cambio climático.

El proyecto beneficiará a poco más de 1,3 millones de personas, de ellas alrededor de 500 000 de manera directa, y con sus acciones apoyará la implementación del Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático (Tarea Vida) en los municipios más vulnerables de la costa sur de Cuba.

Contribuirá, de igual modo, al cumplimiento de los objetivos del desarrollo sostenible contemplados en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, y con los Lineamientos actualizados de la Política Económica y Social del Partido.

De acuerdo con lo planteado por el Máster en Ciencias, la protección natural de los asentamientos costeros insertados en el proyecto, ha sido perjudicada durante muchos años por la tala, los cambios en el uso de los suelos, la contaminación y la urbanización, entre otros factores.

Indicó que los resultados de las investigaciones realizadas en los últimos años ratifican que los problemas esenciales que presentan los humedales costeros comprendidos en las zonas de intervención son la reducción de la franja de manglares y sus bosques y los cambios observados en su composición.

Más allá de robustecer la resiliencia y la adaptación al cambio climático, el proyecto Mi Costa deviene en herramienta de suma utilidad para el desarrollo comunitario local, al unir a todos los actores en función de transitar hacia un modelo socioeconómico eficiente y sostenible.

Las estimaciones recientes sobre el ascenso del nivel medio del mar en el archipiélago cubano, para los años 2050 y 2100, ya son del orden de los 29 y 95 centímetros (cifras superiores a las previstas en la primera década del presente siglo), de ahí la prioridad otorgada por el Estado al proyecto Mi Costa.

Autor: Orfilio Peláez

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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