El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidió el acto de reconocimiento a 63 trabajadores y cuadros del PCC que han laborado de forma ininterrumpida –entre cinco y 55 años– en esta organización política, calificada por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, como el alma de la revolución cubana.
En la cita también estuvieron presentes el miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central del Partido, Dr. Roberto Morales Ojeda y otros miembros del secretariado, jefes de departamentos y de oficinas del Comité Central.
Roberto Pérez Jiménez, miembro del Comité Central y jefe del Departamento de Organización, expresó que la unidad del pueblo en torno al Partido, su profundo patriotismo y su cultura política, es la que nos ha guiado para vencer las dificultades los intentos de dividirnos y de socavar el espíritu revolucionario de los cubanos.
Agregó que, en ese empeño por imponernos a las adversidades, la convocatoria es al trabajo, al esfuerzo de todo el pueblo, a seguir creciéndonos, a dar una mirada crítica a las cosas que no han salido bien, pero enfocados siempre hacia nuestras fortalezas para continuar avanzando; por el renacer constante de la esperanza, con el orgullo de sentirnos protagonistas de nuevas hazañas y de nuevas victorias.
«Aquí están hoy para el reconocimiento justo y merecido quienes ya cumplen entre cinco y 55 años en la actividad del Partido, ejemplos de consagración y entrega para otros más jóvenes que dan todo de sí en el cumplimiento del deber. Se hace realidad el precepto martiano de que honrar honra, y el Partido se honra al reconocer en ustedes, sus cualidades y resultados», destacó.
Por otra parte, Emilio Almaguer Perdomo, funcionario del departamento de organización, expresó, en nombre de sus compañeros, el honor que representa integrar las filas del Partido, en su caso, por «más de la mitad de mi vida».
Agregó que pertenecer a esta organización política es escaldar un peldaño superior de un revolucionario cubano. «En él, aprendimos a pensar en colectivo. El Partido es guía y conciencia vigilante. Sus bases recogen las tradiciones de lucha de nuestro pueblo y el ideario por el que tantos héroes y mártires de la Patria han luchado sin descanso y hasta ofrendado sus vidas».
El inicio en la actividad política o laboral en la organización –dijo– requirió por parte de todos nosotros sacrificio, esfuerzo y tesón; pero lo hicimos por convicción, con entrega y corazón, el que pertenecerá con orgullo, hasta el fin de nuestros días, al Partido Comunista de Cuba.