Los cubanos dignos sí asistiremos a las urnas para elegir a nuestros diputados, quienes tendrán la elevada misión de trabajar en beneficio de los intereses del pueblo, atender sus planteamientos y encaminar las mejores soluciones a los problemas y necesidades que existan.
“Echar más leña al fuego” es un viejo refrán, que en estos tiempos se ha hecho recurrente en el comportamiento de algunos que siempre se creen dueños de la verdad o de aquellos que sirven de marionetas a intereses mezquinos de los enemigos de la Revolución.
Ante cada situación adversa que afronta el país o ante cada propósito de desarrollo aparecen los títeres de la manipulación mediática para confundir, frenar o dañar cualquier proceso donde el pueblo tenga un papel protagónico.
Y es que ahora la “comidilla” está centrada en las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional, el próximo 26 de marzo.
En la antesala de ese importante acontecimiento los “susodichos” apelan a todo tipo de argumentos para que el pueblo no asista a las urnas, invocan las carencias alimentarias y los consabidos atrasos de la canasta básica, los altos precios, los apagones recientes y otros muchos problemas para tratar de resquebrajar la confianza y credibilidad en los dirigentes de la Revolución, así como su incapacidad para sacar al país de la crisis.
Nos toca poner en función las neuronas para darnos cuenta que esos problemas que hoy nos asfixian son provocados, esencialmente, por el bloqueo económico, comercial y financiero que nos aplica el imperio hace más de 60 años. Y aunque hayan quienes no están convencidos, es así porque ese “bloqueo interno” a que a veces se alude es consecuencia de esa nefasta política.
Los errores administrativos, los signos de corrupción, el desgano laboral, los delitos, las muestras de indecencia y otras manifestaciones negativas totalmente ajenas a nuestros principios y que, lamentablemente, han aflorado en medio de la crisis económica, tienen su origen en esa intención del imperio de desaparecernos, de borrar nuestra historia y someternos a sus designios. Si somos un sistema fallido, ¿por qué no quitan el bloqueo?.
Lo cierto es que no nos pueden perdonar los más de 60 años de Revolución, a solo 90 millas, y ser un verdadero paradigma para otros pueblos; un paradigma de solidaridad, humanismo, dignidad, de amor y haber erigido una obra donde el ser humano es lo primero.
Sucede que los cubanos dignos sí asistiremos a las urnas para elegir a nuestros diputados, quienes tendrán la elevada misión de trabajar en beneficio de los intereses del pueblo, atender sus planteamientos y encaminar las mejores soluciones a los problemas y necesidades que existan. El principio básico de nuestro país seguirá siendo la unidad y los cubanos abrazados a nuestra bandera continuaremos erigiendo la historia, porque el canto de la Patria siempre será nuestro canto.
