Privilegiada por la naturaleza que la hizo hermosa y le dio una ubicación geográfica de preferencia, en el centro y sur de Cuba, Cienfuegos también fue favorecida por la llegada pionera de algunas tecnologías de telecomunicaciones, como el cable Inglés en 1875 y ahora, con el proyecto de cable submarino internacional de fibra óptica Arimao.
Entre uno y otro median casi 150 años, los cuales miden el salto dado por la humanidad en materia de comunicación, muy influyente para el comercio, la economía, la salud y otros fines.
Esta ciudad fue de las primeras en el mundo en integrarse a una red global de telecomunicaciones en abril de 1875, según afirma la investigación del profesor Vero Edilio Rodríguez Orrego, de la local Universidad Carlos Rafael Rodríguez.
En el artículo Un abuelo de internet en Cienfuegos (III parte), publicado en el semanario 5 de Septiembre, el experto refiere que entre las ventajas del aditamento submarino, se encontraba la agilidad en la publicación en la prensa local de noticias frescas, llegadas de cualquier lugar del planeta.
Permitió unir lazos entre la economía autóctona y la universal, al devenir efectivo catalizador de la actividad comercial y bursátil, e insertar a los hombres de negocios de la región en un contexto donde la información resultó imprescindible para el éxito de las transacciones.
Confirmó la indagación que el tendido submarino daba la posibilidad a los empresarios locales de conocer datos y cifras convertidos rápidamente en ventajas, los cuales eran utilizados en la especulación y en la bolsa de valores.
Asimismo, corroboró que la región cienfueguera formó parte, en 1887, de una de las primeras redes de vigilancia meteorológica que pudo organizarse en el orbe.
También las órdenes militares eran enviadas por esa vía, por ello el 11 de mayo de 1898 el mando norteamericano, en medio de la guerra cubano-española, decidió cortar esa tecnología que unía puntos como La Habana-Cienfuegos-Santiago de Cuba; para dicha acción emplearon tres embarcaciones de guerra en medio de la Bahía de Jagua.
Esa conexión funcionó exactamente durante un siglo, hasta 1975.
Un equipo de la Agencia Cubana de Noticias pudo entrevistar hace algún tiempo al último operador de esa técnica: Buenaventura Enrique Varona Morfi, reparador telefónico desde 1959 hasta el día de hoy.
Relató entonces que, al culminar su Servicio Militar, en 1965, laboró en las oficinas de esa empresa de comunicación, entonces ubicada en el centro urbano de la ciudad y allí permaneció los últimos 10 años de existencia de esas prestaciones.
Varona Morfi debió aprender mecanografía e inglés, además de operar las máquinas para transmitir o recibir la información con destino a extranjeros que fungían como asesores en esos dominios.
Narró que se usaba una máquina, las claves Morse, además de un teletipo para recepcionar y transcribir el mensaje al estilo de un cablegrama.
El desarrollo de las comunicaciones tornó obsoleto ese sistema, que desapareció y ahora se impone la nueva tecnología: el cable Arimao.
Como trascendió en diciembre de 2022, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa) y la compañía francesa Orange S.A. firmaron contrato para ubicar un enlace submarino desde Martinica hasta Cienfuegos, con el objetivo de mejorar la conexión de Internet y el ancho de banda.
Ese montaje del nuevo hilo de fibra óptica internacional, de dos mil 500 kilómetros, comenzó acto seguido y su tendido físico por el mar tocó tierra de destino el 10 de enero de este año.
Se espera entonces un incremento de las capacidades, tanto en la red de transmisión como en los centros de datos, así como nuevos puntos de acceso a la red, ordenar la migración hacia el estándar IPV6 y de comercializar el servicio de acceso fijo inalámbrico.
El nombre de Arimao con que bautizaron el proyecto, tiene gran arraigo entre los de la Perla del Sur, porque el vocablo proviene de la época aborigen, al punto de dar nombre a un río cuya desembocadura está en la Bahía de Jagua y donde muy cerca tuvo su encomienda el Padre Bartolomé de las Casas.
Según las leyendas de esta localidad marinera, por ese mote respondía un joven y apuesto guerrero que quedó hechizado ante la belleza de la india Maroya.
Ahora Arimao regresa como cordón tecnológico que trae las buenas nuevas y ha generado tanta expectativa en los cubanos, y entre estos en el cienfueguero Buenaventura Enrique Varona Morfi, último operador del cable Inglés.
Aún él se mantiene activo en su labor de reparador del servicio telefónico de esta urbe, y con su parsimonia de siempre, solo atina a dar la bienvenida a la novedosa técnica.
