Carlos Baliño, precursor y enlace de generaciones

La vida ejemplar de Carlos Baliño López, nacido el 13 de febrero de 1848 en la localidad occidental de Guanajay, señala con un brillo especial la total coherencia del ideal marxista-leninista y del socialismo con las causas más nobles y justas de su entorno, llámense luchas por la emancipación nacional, el más abnegado patriotismo e incluso proyecciones políticas tan precisas como el antianexionismo y el antiimperialismo.

Registrado por investigadores como el precursor del marxismo en Cuba, tiene también el trascendente mérito de haber combatido en las filas mambisas, colaborando codo con codo con el Héroe Nacional José Martí como miembro del Partido Revolucionario Cubano, fundado por el Apóstol el 10 de abril de 1892.

Por ese tiempo Baliño se desempeñaba como torcedor de tabacos en Tampa, EE.UU., a la par que desarrollaba una activa batalla por los derechos de los trabajadores.

Martí había llegado hasta allí en su incesante peregrinar organizativo, decidido a convocar y preparar de una vez por todas la emancipación que urgía a la sufrida Patria.

La diferencia de concepciones filosóficas existentes entre los patriotas José Martí y Carlos Baliño -nos referimos al marxismo- no creó obstáculos en la comunicación y el trabajo mancomunado. El Maestro con su hondura llegó a elogiar el alma hermosa que encontró en aquel fogoso líder de la clase trabajadora. Ambos eran cubanos, compatriotas y revolucionarios anticolonialistas.

Como Martí, Baliño, además, era un convencido antianexionista, pues ya en aquellos tiempos, e incluso desde antes de comenzar la primera guerra de independencia, había “patriotas” criollos seducidos por la afiliación a la emergente potencia norteña, como proyecto para la Isla en el futuro.

En carta enviada a su amigo Rafael Serra, en 1894, Carlos le expresaba su reconocimiento por pensar, como él, en el daño que causaría a los desheredados y pobres una hipotética unión de una Cuba libre a la nefasta plutocracia americana.

Sabemos que el curso de los acontecimientos derivó en la temprana muerte del autor de los Versos Sencillos al inicio de la campaña y que luego, ya casi ganada la guerra libertaria por los mambises, Estados Unidos decidió aprovechar el momento para intervenir e invadir a la pequeña ínsula antillana y frustrar su independencia.

El combatiente y mambí Carlos Baliño tuvo que sufrir el dolor de ver cumplirse otra suerte de anexión: la imposición del engendro de la Enmienda Platt. Como otros tantos mambises, padres fundadores y viejos y nuevos soldados libertadores, soportaron tal humillación sin rendirse en su corazón y su coraje.

Y aquel patriota, tabaquero formado en las lides obreras en Tampa, hijo a su vez de un combatiente militante anticolonialista en Cuba, retornó a la Patria con más bríos aunque todo parecía extremadamente difícil para las luchas obreras, de la intelectualidad e incluso feministas que se estaban nucleando, al inicio dispersas en el caldeado y mísero ambiente social que había dejado la posguerra.

Aquí se dedicó de lleno a trabajar por la unidad de los socialistas. Con el triunfo de la Revolución de Octubre en la casi semi feudal Rusia zarista, esos vientos avivaron su fe en el marxismo, a lo que sumó el invaluable bagaje del leninismo.

El 16 de agosto de 1925 está, junto al excepcional y joven líder estudiantil Julio Antonio Mella, entre los fundadores del primer Partido Comunista de Cuba. Antes lo había acompañado en la creación de la Liga Antiimperialista de Cuba.

Y conste que ambos sucesos se realizaron durante una de las etapas más cruentas de la historia del país, cuando desgobernaba a su antojo el dictador Gerardo Machado, quien había sumido la nación en la miseria, donde reinaban el desempleo, el analfabetismo y la insalubridad. El tirano pretendía maquillarse con un publicitado plan de construcción de carreteras y obras públicas, entre ellas el fastuoso Capitolio Nacional, de lo que algo cumplió.

En tiempos de Machado, llamado Asno con Garras por el destacado poeta y combatiente revolucionario comunista Rubén Martínez Villena, ser estudiante combativo, líder obrero o campesino, intelectual progresista, simplemente patriota o comunista, era prácticamente una sentencia de muerte.

Su régimen sembró a Cuba de torturados, encarcelados, perseguidos y lo peor, de cadáveres de personas asesinadas brutalmente, solo por reclamar y luchar por la justicia, igualdad o alimentos para vivir.

Baliño murió a los 78 años por causas naturales, el 18 de junio de 1926. un año después de haber contribuido a la unidad forjadora del primer partido comunista. El Viejo roble le decían sus allegados, con respeto y admiración, por su entereza inclaudicable.

Cuentan que desde la adolescencia amó los conocimientos, la lectura, la poesía y el arte, aunque nunca pudo terminar estudios emprendidos en su juventud de teneduría y arte, debido a la precaria situación económica de su familia. Aun así hizo poemas y escribió artículos de interés social en periódicos, en su pueblito natal, antes de partir hacia tierras norteñas para acompañar a su padre exiliado político y mejorar las condiciones de vida.

Ya llevaba desde entonces en el corazón la convicción de su patriotismo y amor por la justicia y la libertad. Ya estaba dentro de él la semilla comunista que creció y dio frutos como árbol frondoso.

Por Marta Gómez Ferrals

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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