El cubano Roberto Adrián Rodríguez Rodríguez, vecino de Guantánamo, es de los jóvenes galenos que, a través de la investigación científica, buscan alternativas para contribuir a erradicar problemas de salud vigentes en comunidades y centros asistenciales del país.
Por la alta sensibilidad que implica, dijo, la caracterización de lesiones no intencionales en niños menores de cinco años de edad figura, hasta el momento, como uno de los estudios de mayor aporte a su desarrollo profesional.
En declaraciones exclusivas a la Agencia Cubana de Noticias, explicó que el mismo tributa al entorno comunitario, donde precisamente ocurren los accidentes del hogar, y parte de un trabajo iniciado desde sus días como alumno de la Facultad de Ciencias Médicas Celia Sánchez Manduley, de la provincia de Granma.
Ahora, mientras transcurre su primer año de experiencia laboral en el hospital pediátrico Hermanos Cordové León, de Manzanillo, continúa haciendo ciencia y aprovecha cada espacio posible para reflexionar con familiares y acompañantes sobre los incidentes que pueden afectar a los pequeños en casa y cómo evitarlos.
Rodríguez Rodríguez resaltó la importancia de la prevención como principal estrategia y vía para lograr mayor conciencia sobre el tema, razón por la cual realizan charlas educativas en los barrios, explicando con detalle a las madres las causas que generan lesiones no intencionales, las cuales suelen ocurrir en los patios de las viviendas, fundamentalmente.
En dichos encuentros insistimos en la vigilancia permanente de los infantes por sus padres y otras personas a su custodia, pues ahí radican la verdadera garantía de protección y la forma más eficaz de prevenir hechos lamentables; como pueden ser heridas en la piel, cabeza y diferentes partes del cuerpo, o enfermedades resultantes de accidentes domésticos, señaló.
Por el incansable empeño científico y la repercusión social de sus aportes, Roberto Adrián mereció el pasado año 2022 el Sello Forjadores del Futuro, que otorga la Unión de Jóvenes Comunistas a través del movimiento de las Brigadas Técnicas Juveniles.
Unido al deber y sus deseos de contribuir al bienestar y la calidad de vida de los menores, agregó que los estudios y la investigación seguirán siendo retos y acicate para crecer como ser humano y profesional.
