Incluso en el siglo XXI, la medicina sigue lidiando con incomprensiones. Viejos y nuevos tratamientos chocan, a diario, con reservas religiosas, éticas, políticas, sociológicas y hasta económicas, que no permiten desarrollar a plenitud un avance científico en concreto.
Así ocurre con la ozonoterapia, un tratamiento eficaz contra disímiles padecimientos, pero estereotipado por su principal y más segura vía de administración.
La doctora cubana Esperanza Rodríguez, diplomada en Medicina Física y Rehabilitación, especializada en ozonoterapia, explica que el tratamiento consiste en la aplicación al cuerpo de oxígeno médico y ozono, para facilitar el crecimiento de tejidos y células.
“El ozono es el mayor desinfectante universal que existe. Tiene propiedades analgésicas, antiinflamatorias, antioxidantes, inmunodepresoras y bactericidas”.
Como parte de la Misión Barrio Adentro, la doctora Rodríguez dirige el servicio en el Centro de Diagnóstico Integral “Secundino Urbina”, de la ciudad de Santa Ana de Coro, en el estado venezolano de Falcón.
“Hay varias vías de administración, aunque la más común y eficaz es la rectal. Se pude aplicar por vía intramuscular, intradérmica, subcutánea, intrarticular e intravertebral, así como por insuflación vaginal y odontológica. Sin embargo, la insuflación rectal que tantos temen es la vía más económica, menos invasiva, menos dolorosa y la que no tiene ningún efecto secundario”.
A pesar de las evidentes bondades del tratamiento, la ozonoterapia tiene importantes barreras que derribar. El machismo, el pudor y el desconocimiento, según la doctora Esperanza, hacen que una cirugía mayor resulte más atractiva para el paciente, que una sesión con ozono.
“Como médicos, le explicamos al pacientes todos los beneficios y las desventajas del tratamiento. Además, cuando se le habla de la vía de administración rectal, se les asegura que se protegerá su ética, pudor y privacidad, pues lo atenderá solo personal profesional”.
Por el momento, solo en el estado Falcón, más de 70 pacientes reciben ozonoterapia, incluidos algunos que se recuperan de Covid-19, parálisis y afecciones del sistema nervioso, como el Síndrome de Guillaín-Barré.
“Sí resuelve, sobre todo si se combina con ejercicios y terapias rehabilitación. En mi experiencia, ha contribuido mucho a la mejoría de pacientes.”
Con resultados concretos, y extendida por 64 instalaciones de la Misión Médica Cubana en Venezuela, la ozonoterapia va venciendo estereotipos e incomprensiones.
Por Alfredo García Pimentel
