El legado de afrenta a la Patria que dejó Estrada Palma

El 16 de febrero de 1903, en una íntima ceremonia en el palacio de Gobierno ante las caras alargadas de los funcionarios cubanos y los exultantes diplomáticos estadounidenses, el presidente de la República Tomás Estrada Palma firmó el convenio de arriendo en condición de base naval, durante el tiempo que fuera necesario, de la Bahía de Guantánamo, documento que fue también rubricado en Washington el día 23, con lo cual se inició más de un siglo de despojo a la soberanía nacional de Cuba.

El 16 de febrero de 1903, en una íntima ceremonia en el palacio de Gobierno ante las caras alargadas de los funcionarios cubanos y los exultantes diplomáticos estadounidenses, el presidente de la República Tomás Estrada Palma firmó el convenio de arriendo en condición de base naval, durante el tiempo que fuera necesario, de la Bahía de Guantánamo, documento que fue también rubricado en Washington el día 23, con lo cual se inició más de un siglo de despojo a la soberanía nacional de Cuba.

Comenzaba así a cumplirse lo estipulado en la Enmienda Platt, impuesta a la Asamblea Constituyente cubana por Estados Unidos, con el chantaje de iniciar la retirada de las tropas yanquis solo después de que se aceptara la enmienda como apéndice de su Constitución.

En dicho documento legislado el Congreso de EE.UU. establecía el derecho a intervenir en Cuba y su completo tutelaje en las relaciones diplomáticas y comerciales y se exigía la cesión a perpetuidad de las bahías de Nipe y Bahía Honda, y las de Cienfuegos y Guantánamo, para bases navales o carboneras; aunque ante la fuerte reacción popular se limitó el pedido a Bahía Honda y Guantánamo y finalmente se optó por esta última de forma inmediata.

El pueblo desde el inició repudió la infame imposición y la instalación de bases en nuestras mejores bahías, a lo que se opuso gran parte de los veteranos y dirigentes independentistas, pero la división y la desmoralización de las fuerzas progresistas impuestas por la estrategia yanqui impidió un real movimiento de masas contra los planes del imperio.

Fue tanta la humillación que provocó aquel saqueo para muchos de los funcionarios del gobierno de Estrada Palma que ningún alto representante participó el 10 de diciembre de 1903 en la ceremonia realizada en la Bahía de Guantánamo en un acorazado estadounidense, con la cual se iniciaba la ocupación de ese enclave, hace ya 118 años.

Manuel Sanguily cuando supo que una escuadra estadounidense se encontraba en Guantánamo, le expresó a su amigo Enrique Trujillo: “Han visto a Guantánamo ¡ Jamás renunciarán a poseerla!» y sus palabras fueron proféticas.

Establecer esa base en Cuba tenía una importancia estratégica para el naciente imperio que se consolidaba en la región y en el mundo y que garantizaría su supremacía en la zona con la construcción del Canal de Panamá, que concluyó en 1914.

Estados Unidos le permitió el control de comunicación entre el Mar Pacífico y el Atlántico a sus flotas, para lo cual Guantánamo era una base de apoyo fundamental con el fin de ejercer su supremacía hacia la región de América del Sur en sus rutas con Europa y Asia.

No solo la Base Naval sirvió a esos propósitos del imperio, también durante la lucha de liberación en sus aeropuertos se abastecían de combustibles, bombas y proyectiles los aviones de la dictadura que bombardeaban a los campesinos de la Sierra Maestra.

Con el triunfo de la Revolución, la Base Naval de Guantánamo se convirtió poco después en una plataforma de permanente agresión al país y de apoyo a las organizaciones contrarrevolucionaria y redes de la CIA, que recibían de ese enclave todo el apoyo material necesario e inclusive fue el lugar escogido para un siniestro plan de autoagresión, que realizarían mercenarios con armas salidas de los almacenes de la base con el propósito de justificar una invasión al país.

Como consecuencia de esas agresiones fueron asesinados los combatientes fronterizos Ramón López Peña y Luis Ramírez López, en 1964 y 1966, respectivamente, y heridos otros miembros de las FAR.

También fueron asesinados en la base en 1961, Rubén López, humilde trabajador y conocido revolucionario que dejó huérfanos a nueve niños y adolescentes; y en 1962 el pescador y miliciano Rodolfo Rosell fue encontrado en su embarcación cerca del perímetro de la base con la ropa hecha jirones y signos evidentes de tortura, crímenes que nunca se han esclarecido por las autoridades estadounidenses.

Desde 1994 existe un clima de distensión en el área fronteriza gracias a la voluntad cubana de evitar provocaciones en el perímetro de la instalación norteamericana convertida además de forma también ilegal en centro de detención y tortura de prisioneros como consecuencia de la llamada guerra contra el terrorismo, lo cual ha sido denunciado reiteradamente por instituciones defensoras de los derechos humanos en el orbe.

Cuba nunca renunciará a su derecho de ver devuelto el territorio ocupado por la Base Naval de Guantánamo para poner fin a una afrenta a la Patria de más de un siglo, iniciada en aquella lejana mañana del 16 de febrero de 1903, cuando se firmó el humillante acuerdo que entregó un pedazo del país al imperio. (Jorge Wejebe Cobo)

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
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El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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