Cienfuegos.— Los cubanos estamos curtidos con el honor, y nuestra virtud se sustenta en la gloria de la historia y de sus hechos imborrables, como aquel alzamiento popular que protagonizaron civiles y marinos, un 5 de septiembre de 1957, en Cienfuegos, contra la dictadura de Fulgencio Batista.
Las ofrendas florales enviadas por el General de Ejército, Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, exaltaron las conmemoraciones por el aniversario 63 del hecho histórico en esta ciudad y, sobre todo, significaron un reconocimiento a la estirpe de un pueblo.
Los dos líderes –en convergencia de identidad, consecuencia, principios y respeto a la historia por parte de dos generaciones que son total continuidad–, reconocieron, a través de dichas ofrendas, la gloria alcanzada por héroes y mártires, quienes un día imborrable de septiembre corroboraron nuestra hidalguía, honor y coraje.
Al pie del obelisco que perpetúa la memoria de los mártires del 5 de septiembre, fueron situadas dichas ofrendas, junto a la del pueblo cienfueguero, que evocó en tan especial día a sus combatientes eternos y recibió, además, un saludo caluroso enviado por el comandante del Ejército Rebelde Julio Camacho Aguilera, quien comandara aquella gesta. (Julio Martínez Molina)