San Luis, Santiago de Cuba, Santiago de Cuba, 10 jun.— En San Luis su Consejo de Defensa durante más de dos meses ha estado inmerso en la implementación y seguimiento a medidas que han propiciado cero contagio por Covid 19, aún y cuando urge ganar más en disciplina, responsabilidad individual y percepción del peligro.
Meses en que ha prevalecido la máxima martiana: «La tierra es la gran madre de la fortuna. Labrarla es ir derechamente a ella». Y así poniéndola en práctica en el Polígono Municipal conformado por varias hectáreas ya no hay espacio vacío.
Una casa de posturas en un área ociosa aledaña a la sede del Comité Municipal del Partido es ejemplo a seguir por quienes posean en su patio una pequeña área ociosa y quieran aprovechar las bondades que ofrece el esfuerzo por conseguir lo que se quiere tal y como lo muestran las tierras de El alambre, polo productivo que tributa fundamentalmente a la cabecera provincial. Allí se obtienen alrededor de 2 mil toneladas de alimentos al año.
Dos UBPC, la Alberto Marrero con 15 usufructuarios y El Alambre con seis, se encargan de toda la producción de viandas, granos, hortalizas y de otras incursiones como la acuicultura.
Y como el aporte es colectivo el movimiento obrero sanluisero cumpliendo las medidas higiénicas exigidas, se moviliza hacia áreas productivas.
En San Luis para que los pobladores reciban ofertas de variados productos incluyendo los del campo, son muchos los que a diario se esfuerzan, unos en jornadas voluntarias, pues realizan otros oficios y otros porque eligieron la tierra para sacarle con sus esfuerzos, el fruto.
Pepe y su hijo Carlos se han sumado al llamado hecho al campesinado y al pueblo de producir alimentos.
En poco tiempo sus producciones se incluirán en los tantos módulos que llegan a la población de Santiago y de San Luis con la finalidad de contribuir a la alimentación y al mantenimiento del aislamiento social como medida para evitar contagio por COVID 19.
Y qué decir de la actitud de Digney calunga, quien desde el lejano Joturito allí en La Caoba llegó con su hermano Pablo para entregar al comedor del centro de aislamiento del municipio alrededor de 20 quintales de alimentos entre viandas y frutas. Actitudes altruistas como la de este campesino abundan por estos días. Cada quien aporta lo que puede y desde su puesto.
La enfermera Iraida Duquesne Cabrera hace varios meses está de certificado médico y no lo pensó dos veces para dar su aporte haciendo mascarillas. Para ella colaborar en la protección a sus colegas es un deber como profesional.
Iraida en casa y muchos de sus colegas desde centros de aislamiento y de combate directo a la epidemia, unen manos certeras, sabias y generosas al virtuosismo del corazón.
Lo cierto es que en casi tres meses de esfuerzos para mantener la salud, la vida, sanluiseras y sanluiseros se desdoblan para aportar más de lo acostumbrado en tiempo, en esfuerzo, y en muchos casos ambos se entregan por vez primera al bien colectivo.
Cuando termine la contingencia y pasemos a una nueva etapa las buenas prácticas que hoy desarrollamos se mantendrán y tendremos mucho que contar de ardores, iniciativas, altruismo solidaridad, patriotismo. Hoy es San Luis, trinchera donde se apuesta por la vida.