La Habana, 30 may.ā California, Chicago, Memphis, Nueva York, Oakland, Ohio, Colorado. Una ola de indignación recorre Estados Unidos tras el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de la policĆa de Minneapolis, en Minnesota, lo que reabre una herida que parece nunca sanar en ese paĆs: la violencia racial en una sociedad desigual.
Marchas con pancartas, protestas y pedidos de justicia se registran en varias ciudades estadounidenses, donde ademĆ”s hay enfrentamientos con la policĆa, gases lacrimógenos, incendios y saqueos en medio del convulso escenario.
Pese a la pandemia de la Covid-19, miles de personas salieron a las calles de Minneapolis desde el 27 de mayo, un dĆa despuĆ©s de trascender en un dramĆ”tico video que se hizo viral en Internet cómo un policĆa blanco presionaba con una de sus rodillas el cuello de Floyd y este, casi en la agonĆa, pedĆa auxilio y decĆa: Ā«No puedo respirarĀ».
Esa frase devino en el principal cÔntico de los manifestantes en esta nueva oleada de indignación por un crimen que tiene una extensa lista de antecedentes en esa norteña nación.
Ā«Ser negro en Estados Unidos no deberĆa ser una sentencia de muerteĀ», afirmó el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, al hablar sobre el trĆ”gico incidente.
«Durante cinco minutos, vimos como un oficial blanco presionó su rodilla contra el cuello de un hombre negro. Durante cinco minutos. Cuando escuchas a alguien pidiendo ayuda, se supone que debes ayudar. Este oficial falló en el sentido humano mÔs bÔsico», dijo.
Mientras Frey hizo un llamado a la paz y admitió que el estallido de protestas en Minneapolis «es el resultado de tanta ira y tristeza acumulada» por todo lo que ha vivido la comunidad negra, el presidente Donald Trump tildó de «matones» a los manifestantes.
Las voces de condena se expanden. Las protestas recuerdan otras jornadas por hechos similares.
Bridgett Floyd, hermana de la vĆctima, exigió que los cuatro policĆas involucrados en el arresto fueran acusados de asesinato, pero en Estados Unidos hay tambiĆ©n otra enfermedad endĆ©mica para casos como estos: la impunidad. (Por Deisy Francis Mexidor) (Tomado de Orbe)