Bakú, 26 oct.— La XVIII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) concluye hoy en la capital de Azerbaiyán, país que tiene la encomienda de coordinar hasta el 2022 el devenir de esta agrupación.
Los caminos a recorrer estarán contenidos en la Declaración de Bakú, que será adoptada por el consenso de la mayoría de representantes de las 120 naciones del Mnoal, las cuales representan casi las dos terceras partes de los Estados integrantes de la Organización de Naciones Unidas.
De antemano se respira unidad en torno a la defensa de los principios bajo los que comenzó a articularse el Movimiento en la Conferencia de Bandung, en Indonesia, 1955. También los adoptados en la reunión de Belgrado de 1961, que marca el nacimiento del Mnoal.
Con tal propósito se pronunciaron diversos mandatarios que intervinieron la víspera. Entre ellos los presidentes de Cuba, Ghana, Irán, Argelia, Pakistán, Namibia, Venezuela y el jefe de Estado del país sede de la cumbre y que presidirá el Movimiento por los próximos tres años.
La defensa del multilateralismo, el diálogo, la negociación y la cooperación para la solución de conflictos resultan principios que deberán estar refrendados en el documento final, y en otros pronunciamientos.
También el rechazo a la intromisión extranjera, a medidas unilaterales y coercitivas; la defensa de la soberanía de los Estados, su integridad e independencia, resultan pilares del Mnoal.
Otro reclamo repetido aquí es el de reformar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a fin de hacerlo más democrático, transparente y acorde a la realidad mundial.
Y seguro estará entre las demandas y compromisos adoptados en Bakú la procura de un mundo mejor y equitativo y en defensa del medio ambiente, cuando las secuelas del cambio climático ponen en peligro el futuro de pequeños Estados insulares y afecta a numerosos países del Noal. (Por Orlando Oramas León, Enviado especial)
