La Habana, 6 oct.— Hoy, como sucede cada año desde ese fatídico 6 de octubre de 1976, los nombres de las víctimas del sabotaje a la nave de Cubana de Aviación en Barbados tomaron rostros y se multiplicaron en cientos de personas, muchos de ellos familiares, que fueron al Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) a decir no al terrorismo.
La mañana gris en el capitalino cementerio Cristóbal Colón se inició con una peregrinación desde la iglesia de la necrópolis hasta el sitio donde descansan los restos mortales de héroes de la Patria.
Allí se encontraban ofrendas florales enviadas por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista; Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; el pueblo de Cuba; representantes de las FAR, Cubana de Aviación, el Instituto Nacional de Educación Física, Deportes y Recreación (INDER), y el Ministerio de la Industria Alimentaria.
La deportista Seili Mendoza Venzant, medallista de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, destacó que hoy la Isla está de luto, pues hijos suyos fueron vilmente asesinados ese fatídico día por manos sanguinarias al servicio de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos.
Se hace necesario, en el contexto del Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado, no olvidar y denunciar el horror causado durante décadas por ese país al pueblo de la Mayor de las Antillas.
No porque fallezcan los autores materiales o intelectuales, actos como el de Barbados dejan de provocar dolor, y esa convicción acompañó a la esgrima cubana en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, donde el liderazgo por naciones de nuestra delegación erigió homenaje a los asesinados hace 42 años, significó.
Ellos, como tantos otros compatriotas víctimas de ese y otros ataques, merecen el compromiso de lealtad eterna con la obra de nuestros héroes y mártires, y la disposición sin límites a defender la dignidad con la cual hoy volvemos a evocarles como faros luminosos, concluyó.
El crimen fue orquestado por los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila en la aeronave CU-455 de Cubana de Aviación, que se dirigía desde la isla de Barbados a la de Jamaica y tenía como destino la capital cubana.
De acuerdo con la enciclopedia EcuRed, las 73 personas a bordo – 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos- murieron en el que fue considerado hasta ese entonces el peor ataque de este tipo en el hemisferio occidental y uno de los más brutales actos de terrorismo ejecutados contra la Revolución Cubana.
A la actividad de homenaje asistió también Luis Antonio Torres Iríbar, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido Comunista de Cuba en La Habana, además de otros dirigentes del país. (Claudia González Corrales)
