Santiago de Cuba, 14 nov.— Las autoridades de Santiago de Cuba establecieron desde la cuarentena en tres manzanas de la localidad de Altamira, en el municipio cabecera, luego del aumento de casos autóctonos de la COVID-19 en la última semana.
En la jornada anterior, cuando se contabilizaron dos pacientes, uno de ellos importado, se indicó restringir la movilidad en esa área, pero la situación agravó con el diagnóstico de seis nuevos enfermos con el virus SARS-Cov-2, de ahí la decisión de abrir un evento de transmisión que abarca 107 viviendas con más de 340 personas.
Roberto González Bernardo, director municipal de Salud Pública, comentó en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que, a partir de un caso importado procedente de México, el pasado cinco de noviembre, aparecieron otros, lo cual provocó el incremento de las medidas sanitarias para garantizar el control de los focos y cortar la cadena de contagios en esa zona.
Según el especialista entre las acciones desarrolladas en ese sitio destacan la vigilancia epidemiológica, la toma de temperatura a toda la población, la desinfección de en viviendas con hipoclorito de sodio e higienización ambiental.
González Bernardo resaltó la cooperación de los pobladores ante este complicado problema de salud, quienes comprenden la necesidad de usar obligatoriamente el nasobuco, incluso dentro de las casas, debido a la probabilidad real de aparición de más infestados.
En medio de este complejo escenario, se protegen a los ancianos, personas con patologías asociadas, embarazadas, y otros sectores vulnerables, con la participación de un equipo multidisciplinario integrado por especialistas del sistema de salud, miembros de las organizaciones de masas, las estructuras del Poder Popular, el jefe de la zona de defensa, la unidad municipal de higiene y epidemiología, y el Ministerio del Interior, concluyó.
Niurka Bell Calzado y Yaneydis Hechavarría Batista, secretaria del PCC y presidenta de la Asamblea del Poder Popular municipal, respectivamente, manifestaron que existen allí los aseguramientos para evitar la movilidad de los habitantes en la zona en cuarentena, y se priorizan los servicios básicos como agua, electricidad, alimentación y farmacéuticos, con reconocimiento para los mensajeros salidos de la propia comunidad. (Beatriz Vaillant Rodríguez)
