Buenos Aires, 30 nov.— Pese a la imposibilidad de moverse en la ciudad por el transporte cortado en todas sus variantes, cientos de organizaciones sociales ocuparán hoy la avenida 9 de julio hasta el Congreso para repudiar la presencia del G20.
Con la imagen de un Donald Trump bebé flotando desde el mediodía de ayer en las calles aledañas a la sede del poder legislativo por iniciativa de los participantes en la Cumbre de los Pueblos, y grandes carteles en rojo y azul en los que se lee Fuera G20 y FMI, varios sectores de la sociedad saldrán a decir basta a las políticas que los líderes de este foro promueven, privilegiando el capital.
‘Pese a que cortaron el transporte el pueblo sabe que el G20 es la entrega de nuestro patrimonio y soberanía, no nos dejemos amedrentar por la gendarmería’, declaró la víspera en una rueda de prensa el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado en la capital, Daniel Catalano, quien invitó a sus conciudadanos a unirse a la marcha.
Encabezada por las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y otros rostros de la lucha popular en este país, se espera también una gran presencia de manifestantes llegados desde lugares distantes como Alemania, Francia o España.
Otros de los que estará presente será el secretario general del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires, Roberto Baradel, quien señaló ayer que en este G20 no va a discutir ni los problemas de migraciones, ni las políticas de austeridad ni ajuste, ni la pobreza, y tampoco cómo mejorar la calidad de vida de los pueblos.
Vienen a hablar sobre cómo se apropian de la riqueza y de nuestros recursos naturales. Rechazamos la agenda de discusión del G20 y la intencionalidad de estos países y nos movilizaremos con muchas organizaciones dejando en claro que queremos y creemos que otro mundo es posible, un mundo donde los pueblos seamos protagonistas, declaró.
La marcha estará muy aislada, a más de 300 metros de donde los líderes más poderosos del mundo tejerán sus estrategias en un mundo cada vez más en crisis.
Se espera que sea tranquila y no termine como en otras anteriores manifestaciones del G20 con tristes imágenes de represión e incidentes como sucedió el pasado año en la edición de Hamburgo.
