Muchos profesaron este 14 de febrero cuánto de Amor y devoción por el ser próximo o lejano, amante o no del reggaeton, pero después de esta fecha la historia se repite con el olvido casi inmediato, el desamor dueño de cada centímetro, incluso, del propio éter.
Llegaron los chicos, y es lo peor en este escenario, prendieron mecha con sus tarareos de reggaeton, pero alguien dijo, “busca en mi asa el speaker y la memoria flash”, no pocos brindaron su inmediata casa para conectar el equipo…y allá va eso.
Los decibeles récords en audiencia forzada para todo el barrio en las pocas horas de corriente eléctrica. Ya no eran chicos y chicas, sino hombres y mujeres, jóvenes y adultos, en casi “perfecta descarga popular en el barrio”
-Periodista, es que no hay nada que hacer, ni opciones de diversiones en el barrio, ni en la ciudad.
Me dice un buen amigo y sus razones son evidentes.
Lo que sí es lógico en lo ilógico son aquellas letras musicales tan bien grabadas, plenas de malas palabras, de atentado directo contra el sexo femenino, incluso, en algunos casos, contra la esposa o la enamorada. Se acabó la poesía, la metáfora, el símil, la frase rebuscada, adiós a la flor y bienvenido el reguetón con marabú y sopitas de clavos y tornillos.
Entretanto, la disputa entre los bailadores y “observadores” que si es o no reggaeton o reparto, que si éste pertenece o no al primero, que si el mejor es el Taiger o Chocolate, que si pega más o no fulanito que su querido, en fin, barbaridades generan lo mismo.
Adiós a frases posicionadas en los setenta y ochenta: “Vamos a ser el amor”, “hacer el amor con otro, no, no, no…”, imagínense hoy a Ana Gabriel con su famoso tema en tiempo de reparto.
Entretanto, sigue aquella historia de pareja contada abiertamente, nada de imaginación, te lo digo como fue, “ella lo que quiere es p…y mucho más con dos”, “le gusta la l…”, “papi, ábrete la portañuela que voy”, y en el peor de los casos, “que me gustó cómo me… mami, y ahora, busca tu amiga”.
Quien piense que esto es ficción, que vaya a cualquier barrio santiaguero donde exista un speaker portátil, no importa la edad, el sexo, ¡ah, y si aparece una “viajera”, implica que hay alcohol por el medio y mucho más.
Cuando le preguntas a ellas presentes o no por este suceso habitual, te dicen que “eso es lo que me gusta”, “eso si es música, mi tío”, no seas aguafiestas”, “el amor es así hoy en día”, “tarjeticas costosas y que nunca aparecen el 14 de febrero para todo el mundo, ni pensarlo”
Será o no un fenómeno de la comunicación social comunitaria, ausencia de una educación y enseñanza que no es lo mismo, lejanía de una ética, pero la lógica de estos tiempos terribles jamás sospechados en los sesenta, pero marca la identidad de nuevas generaciones más allá de la rebeldía que marcaron los rockeros y hippies en su tiempo, ahora se trata de la cruda realidad entre más repartos al desamor en tiempos de reggaeton.
