Diecisiete años tenía José Luis García Pérez cuando sus riñones comenzaron a fallar. Entonces Pablo, su papá, decidió donarle uno, que le funcionó de manera estable durante dos años. Sin embargo, al cabo de ese tiempo presentó problemas, y eso lo llevó a depender de los servicios de hemodiálisis del hospital Arnaldo Milián Castro, de Santa Clara. Desde entonces han transcurrido 30 años de constante batallar por la vida del «guajirito de Falcón», como algunos lo llaman.
«¿Usted se imagina qué hubiera sido de mí si tuviera que pagar esa ayuda? Yo, que provengo de una familia de pocos recursos, hace rato estaría muerto», dice, agradecido, José Luis García Pérez.
«En días alternos, todos los lunes, miércoles y viernes, me recoge un taxi para trasladarme hasta Santa Clara. Allí me espera un grupo de médicos y enfermeras que considero ya como mi familia. Gente buena de verdad, que se desvive por atendernos y porque nos sintamos bien», reconoce el paciente renal que hace más tiempo recibe este servicio en Villa Clara.
Como el placeteño, igual de agradecidos están Emilio Rodríguez y Mayelín Hernández, quienes también son atendidos desde hace varios años en el Milián Castro. «Sabemos que hay muchas limitaciones de recursos, pero con lo poco que existe en el país se buscan soluciones para que esto no falle», dice quien confiesa que no halla las palabras adecuadas para reconocer la profesionalidad del colectivo.
Mayelín Hernández expresó que en ese lugar encontró mucha gente buena, que la quiere y la mima como si fuera una niña: «Me tienen malcriada, tratan de complacerme en todo». Agregó que hasta con las meriendas buscan la manera de satisfacerme según mis gustos.
Al respecto, Iliana Rosa Cruz Gómez, quien durante 18 años ha estado al frente de los servicios de enfermería en esa sala, habla con encomio de la labor del personal que allí trabaja.
«Para poder atender a la gran cantidad de pacientes que aquí acude tenemos cinco turnos diarios de labor, de lunes a sábado; mientras los domingos se atienden solo las urgencias, lo cual hacemos con mucha responsabilidad, porque en nuestras manos está la vida de esas personas», explica Iliana Cruz.
Acerca de los servicios de diálisis peritoneal y hemodiálisis en Villa Clara, el doctor Rogelio Cruz Enríquez, al frente de la especialidad de Nefrología en el centro, comentó que ese proceder se lleva a cabo en Santa Clara, Caibarién y Sagua la Grande, municipios a los que acude el resto de los territorios que no tiene ese tipo de prestación.
«En total suman poco más de 200 los pacientes que reciben los beneficios de los riñones artificiales, equipos que ya tienen un alto nivel de explotación, al igual que las plantas de tratamiento de agua, todo lo cual funciona gracias al empeño y cuidado de mucha gente comprometida con la vida de esos pacientes», refiere el doctor.
En el caso de Santa Clara, que atiende la mayor cifra de enfermos, 137 en total, cuenta con 19 riñones artificiales, a los que se sumarán otros seis a partir del crédito concedido por el Banco Francés de Desarrollo, explica Cruz Enríquez, quien añade que, en el caso de las diálisis peritoneales son 11 los pacientes favorecidos, algunos de ellos de otras provincias.
El precio actual de un riñón artificial en el mercado internacional es de 20 000 dólares aproximadamente. Foto: Ismael Batista Ramírez
UNA OBRA DE INFINITO AMOR
Ni fenómenos naturales, carencia de combustibles, limitaciones financieras o de otro tipo, de las tantas a las que se enfrenta Cuba a diario a causa de la crisis global generada por la pandemia y al recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos, han podido impedir que cada día los cerca de 2 900 pacientes que reciben los servicios de hemodiálisis, y los 82 beneficiados mediante las diálisis peritoneales, sean atendidos como merecen en la amplia red con que cuenta la Mayor de las Antillas para favorecer a los enfermos renales.
Gracias a esa voluntad del Estado cubano se ha podido concretar la proeza de preservar la vida de la inmensa mayoría de esas personas –niños incluidos–, lo cual ha implicado un extraordinario sacrificio y gastos millonarios en dinero y recursos.
En el mundo, un proceso de hemodiálisis puede llegar a costar unos 46 000 dólares anualmente (alrededor de 200 dólares por sesión), y el precio actual de un riñón artificial en el mercado internacional es de 20 000 dólares aproximadamente.
Al respecto, el doctor en Ciencias Luis Pérez-Oliva Díaz, presidente de la Sociedad Cubana de Nefrología, explicó que en la actualidad existen 56 servicios de ese tipo a lo largo y ancho del país, a los que acuden tres veces por semana los pacientes que necesitan ser dializados.
«Con el objetivo de acercar esa atención a los enfermos, el servicio no solo está establecido en las cabeceras provinciales, sino que ha llegado a varios municipios, lo cual ha significado un beneficio para la salud de pacientes que antes debían trasladarse largas distancias para ser tratados, además de disminuir los gastos de transportación», señaló el especialista.
Acerca del número de riñones artificiales disponibles, el también Coordinador de la Red de Nefrología señaló que hoy Cuba dispone de unos 700 equipos, la mayoría de ellos con varios años de explotación, además de otras limitaciones en las plantas de tratamiento de agua, los dializadores, que son los dispositivos en los que se realiza la filtración de la sangre, y otros insumos.
Como parte del esfuerzo del país para sostener esa asistencia, de la que depende la vida de las personas que padecen de insuficiencia renal, se gestionó un crédito con el Banco Francés de Desarrollo que, a la par del esfuerzo de las autoridades cubanas, permitirá sustituir en varios lugares la tecnología anterior por otra más moderna, proceso que transcurrirá de manera progresiva.
Vinculado con ese financiamiento, comenzarán a funcionar nueve servicios, de los cuales cinco son producto de esa relación; mientras el resto de los riñones artificiales utilizará los sistemas de tratamiento de agua que existe en la mayoría de los hospitales del país.
En ese sentido, el doctor Pérez-Oliva menciona algunos de los territorios que ya han sido beneficiados, entre ellos Consolación del Sur y Viñales, en Pinar del Río; Mayabeque; Artemisa; Cienfuegos, y Trinidad, en Sancti Spíritus, además de Guáimaro, en Camagüey, y Niquero, en Granma; a los cuales se unirán otros en fecha próxima.
Refiere, igualmente, que, como concreción de un sueño de Fidel, el servicio de diálisis peritoneal –en su modalidad cíclica ambulatoria– ya favorece a todos los infantes de la nación que lo precisan. Se adicionarán, entre este año y el próximo, otros 200 enfermos adultos, para beneficiarse de este proceder, que es menos complejo y más humano, al realizarse en el propio hogar del paciente.
Otra mejora sustancial en los servicios de Nefrología será la instalación, en 25 hospitales del país, de un módulo que contiene un sistema móvil de tratamiento de agua y el respectivo equipo de hemodiálisis, el cual será empleado en el tratamiento de los enfermos agudos, explica el especialista.
A fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren insuficiencia renal, ya se crean las condiciones para reiniciar, en los lugares donde sea posible, el programa de trasplantes, que debió detenerse en el contexto de la pandemia; proceder que también tendrá repercusiones positivas en los pacientes que padecen esa enfermedad, refiere el doctor Pérez-Oliva.
