El pueblo, unido y dispuesto a todo, ha dado la principal lección

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Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Para lograrlo, el mandatario ofrecía una fórmula irrefutable: «Con unidad, con coherencia, con disposición, sin miedo, con el pueblo, sin esperar orientaciones, sin demoras, con firmeza, con pulso firme, con inteligencia, con decencia, con lucidez y con apego a nuestra Constitución y a los principios que defendemos, podemos vencer siempre y cada vez de manera más contundente».

Ningún analista medianamente objetivo, mucho menos quien se precie en este mundo de ser honesto, puede ocultar la enorme proeza realizada por el pueblo cubano para resistir, a la vez, los embates de una mortífera epidemia y los zarpazos criminales del imperialismo estadounidense en sus intentos por destruir la Revolución y su hermosa obra emancipadora y de justicia social.

Días antes de iniciar este convulso calendario, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, alertaba que el horizonte se presentaba intenso, retador, como un escalón para la superación de nuestros propios límites, en el camino del perfeccionamiento y de la continuidad, sin ceder ni un ápice en los fundamentos que sustentan la Revolución y el socialismo.

Para lograrlo, el mandatario ofrecía una fórmula irrefutable: «Con unidad, con coherencia, con disposición, sin miedo, con el pueblo, sin esperar orientaciones, sin demoras, con firmeza, con pulso firme, con inteligencia, con decencia, con lucidez y con apego a nuestra Constitución y a los principios que defendemos, podemos vencer siempre y cada vez de manera más contundente».

 LA REVOLUCIÓN NO SERÁ TRAICIONADA NI REGALADA

Justo el 19 de abril de 2021, durante la clausura del 8vo. Congreso del Partido, el recién electo Primer Secretario de la organización, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, proclamó que la Generación del Centenario del Apóstol, guiada por Fidel y Raúl a lo largo de más de seis intensas décadas, podía declarar, con dignidad y orgullo, que la Revolución Socialista que hicieron a solo 90 millas del poderoso imperio está viva, actuante y firme.

«Y esa generación –subrayó– puede decir mucho más. Puede afirmar que la Revolución no termina con ella, porque logró formar nuevas generaciones igualmente comprometidas con los ideales de justicia social que tanta sangre ha costado de los mejores hijos de la nación cubana».

Tras reiterar que el efecto combinado de la crisis económica global, la pandemia de la COVID-19 y el reforzamiento del bloqueo han obligado a poner pausa a sueños y proyecciones, Díaz-Canel manifestó que, «aunque a veces podría parecer que no lograremos salir a flote, en medio de la incertidumbre de pronto nos asalta y nos deslumbra nuestra propia capacidad de resistencia y de creación».

Ante la intensificación de las campañas de subversión e intoxicación ideológica promovidas por agencias y entidades de Estados Unidos, dirigidas a desprestigiar a Cuba, a calumniar la Revolución y a tratar de confundir al pueblo, fue enfático en declarar que la fuerza principal para enfrentar tales desafíos es la unidad, todo lo que nos une: los sueños, las preocupaciones, pero también las angustias ante peligros comunes. 

 REPULSA POPULAR CONTRA LA CONJURA

Tres meses después, inmerso el país en pleno proceso de implementación de las directrices, ideas, conceptos y acuerdos derivados del 8vo. Congreso del Partido, tuvieron lugar disturbios en varias ciudades, concebidos como parte de la estrategia de guerra no convencional, que incluyeron convocatorias al estallido social, a la violencia, al acoso, al vandalismo y al sabotaje.

En acto de reafirmación patriótica efectuado el 17 de julio en la explanada de La Piragua, en La Habana, Díaz-Canel se encargó de desmontar ante el mundo el verdadero propósito de tamaña vileza: «Borrar del mapa el mal ejemplo de esta pequeña Isla, empeñada en mantenerse soberana e independiente cuando tantos se pliegan a las órdenes del imperio».

En su denuncia al bloqueo, la agresión y el terror, el dirigente afirmó que el enemigo ha vuelto a lanzarse con todo para destruir la sagrada unidad y la tranquilidad ciudadana: «Entiendo –aclaró– que son avasalladoras las armas del adversario, pero ¡al lado del pueblo, con el pueblo y por el pueblo sigue estando la Revolución!».

Ante la multitudinaria manifestación popular, que contó con la presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Díaz-Canel hizo un llamado a cesar la mentira, la infamia y el odio, para ratificar de inmediato: «Cuando un pueblo ha llegado tan lejos en la realización de sus sueños y en la conquista de derechos, que para medio planeta son una quimera, no lo detiene ni la violencia ni el miedo».

 SIEMPRE FIELES AL LEGADO DE FIDEL

Ese mismo pueblo amante de la libertad, que padece las carencias de una economía asediada, es hijo fiel del legado del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, cuyo pensamiento humanista, emancipador y de vanguardia, y su actuar consecuente, colocó siempre al ser humano por encima de las ganancias.

Al rendirle homenaje en el aniversario 95 de su natalicio, el Primer Secretario del Comité Central del Partido resaltó la visión de futuro de Fidel y su fe en el hombre, que le hicieron impulsar proyectos de investigación, producción y desarrollo de las ciencias, en momentos en que otras naciones poderosas arriaban las banderas del socialismo y el internacionalismo.

Fruto de esa firmeza y resistencia creativa, Díaz-Canel mencionó el ejemplo de los científicos y de los trabajadores de la Salud, entregados en cuerpo y alma a la búsqueda de vacunas salvadoras o en la atención a los enfermos de una pandemia terrible que mantiene en vilo al planeta.

«De Fidel, remarcó, aprendimos a perseguir los sueños que, por difíciles que parezcan, son alcanzables si confiamos en el pueblo, lo involucramos y nos armamos de compromiso, perseverancia y dedicación, cambiando permanentemente todo lo que deba ser cambiado, en función de la sagrada justicia social, la independencia, la soberanía, el antimperialismo y la integración».

RESISTIR, CREAR Y AVANZAR

Gracias a esa postura inclaudicable, no ha sido fácil, pero tampoco imposible, enfrentar la pandemia combinada con el aumento de la agresividad desde el exterior: «Otra vez nos pusieron a prueba –resaltó Díaz-Canel–, y otra vez se hizo visible ante nuestros adversarios y el mundo la fortaleza moral de nuestra Revolución, y la capacidad de los cubanos de resistir sin retroceder. ¡De resistir avanzando! ¡De resistir creando!».

Al referirse a ese principio básico, el Presidente de la República definió que la originalidad del país está obligada a ser tan grande como la maldad de quienes intentan rendirnos: «La Revolución estaba y estará permanentemente desafiada a ser excepcional por la capacidad de su pueblo de resistir y crear».

Para ello, comentó, «tenemos como herramientas poderosas la unidad, la disciplina, la organización, las estrategias de trabajo aprobadas, los procedimientos necesarios y la claridad ideológica», esta última presente, en todo su esplendor, en los revolucionarios que en los últimos meses salieron a defender la Revolución con elevada moral, con disposición a luchar y vencer.

«Todo esto demuestra –reiteró Díaz-Canel en el III Pleno del Comité Central del Partido– que no ha sido solo resistencia: ha sido creación, y afianza una vez más el criterio de que tenemos que trabajar en función de nuestros esfuerzos, de nuestro talento, resistiendo, pero también creando, y eso lo podemos lograr, entre otras cosas, porque tenemos un digno y heroico pueblo». ()

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