Contramaestre, Santiago de Cuba, 10 nov.— Han sido 19 meses de constante batallar contra la Covid-19 en el municipio Contramaestre. Ese tiempo ha servido para demostrar el decisivo papel del delegado del poder popular al frente de su comunidad.
Ellos han sido esenciales en cada una de las tareas para aglutinar a los factores de la sociedad y enfrentar duros momentos. Los representantes de los órganos locales del poder popular en Contramaestre le han puesto corazón a esta difícil pero ejemplar batalla de la que han salido más fortalecidos.
Esa es la virtud más poderosa para desarrollar un proceso de rendición de cuenta en situación excepcional. Los delegados como parte del pueblo también han entregado sus mejores esfuerzos en el enfrentamiento al SARS-CoV-2.
Ellos estuvieron al frente de la organización de los mensajeros, trabajadores sociales, voluntarios, productores de alimentos, todos vinculados a la atención a las poblaciones en aislamiento y familias y personas vulnerables. Una vez más el gobierno en la base coordinó las acciones de sectores como el de la educación que no dejó desprotegidos a sus alumnos y estudiantes, al tiempo que gestionaba las expresiones de la cultura con alternativas para mantener vivos programas de reanimación comunitarios y otros a través de las redes sociales.
Los contramaestrenses protagonizaron hermosas páginas de solidaridad y surgieron iniciativas en las que se puso el corazón para que la obra socialista creciera mucho más cuando los tiempos más difíciles eran. Tocaba repartir lo poco entre muchos y no falto la justeza.
Oportunistas los enemigos de la revolución decidieron romper la paz que tanta sangre costó a los cubanos. Entonces no se hizo esperar la reacción popular con la respuesta firme en las calles, movilizaciones a programas de producción de alimentos, la reafirmación gloriosa de “Patria o muerte”.
Mientras, las formulaciones anti-Covid cubanas demostraban su eficacia y la vacunación masiva alcanzó a los ancianos, los mayores de 19 años, las edades pediátricas, los convalecientes de la enfermedad. Y allí también fue decisivo el papel de los dirigentes en la base para que ninguna persona con disposición y con requisitos clínicos dejara de recibir el inmunógeno cubano en una campaña masiva de vacunación.
Gracias a ello en estos momentos la inmensa mayoría de los habitantes de Contramaestre ya completó el esquema de inmunización y se inserta progresivamente a las actividades sociales y económicas.
Haber avanzado en medio de graves dificultades impuestas por la pandemia y el recrudecimiento de la guerra económica, comercial y financiera proveniente de los Estados Unidos, es una heroicidad, un logro solo posible con un gobierno socialista donde el ser humano es el centro de la preocupación y ocupación del estado.
El Poder Popular en Contramaestre es la expresión del pueblo. Los anhelos y victorias del pueblo están en cada opinión y acción del delegado, un líder de la comunidad elegido entre los vecinos para representarlos. Y a ellos va a rendirles cuenta, con la dignidad y el honor de quien ha compartido en la primera linea el fragor del combate.