Santiago de Cuba, 9 may.— Se siente la ausencia de los niños y hasta los animales lo saben. Tal parece que extrañan la alegría de los que llegan por vez primera vez, y hasta de los que repiten. Lo cierto es que el Parque Zoológico nunca estuvo tan apacible. La Covid-19 detuvo las actividades habituales para el público, y ahora, el zoo que conocemos, carece de la inquietud y las risas de los peques, sus pícaras miradas y el ir y venir de familias.
Los cambios resultaron bruscos, pero fueron necesarios para proteger la salud de los visitantes y trabajadores. Como en el resto de los centros, se adoptaron medidas higiénico-sanitarias y organizativas, que no afectaron la atención de la flora y la fauna, ni la vitalidad del emblemático sitio de la ciudad santiaguera.
Según informó Kenia Mestril, directora de la instalación, “el equipo de trabajo se dividió en tres brigadas de 35 empleados cada una, en las cuales hay especialistas, técnicos y personal de servicios”.
Indicó que cada quince días rotan dos grupos, y el restante es para emergencia porque en caso de producirse un contagio por Covid, “tienen que tener asegurado el personal para el manejo adecuado de los animales, su tratamiento y atención integral”.
Ahora el zoo santiaguero brinda servicios de alimentación para llevar y a domicilio. Las unidades gastronómicas “El Campesino” y “Las terrazas” se mantuvieron activas -luego de decretarse la pandemia- y ofrecen a precios módicos, módulos de confituras y almuerzo, este último, oscila entre 12 y 15 pesos cuando el plato fuerte es pollo, aunque también ofertan salchicha grille, picadillos y jamonadas. Además brindan bocaditos y refrescos en dependencia de la asignación de productos.
Desde las 9 a.m. y hasta las 3.30 pm se puede acceder a los servicios. La población más beneficiada es la de Santa Bárbara y centros de trabajo cercanos como La Victoria, el hotel San Juan y El Algarrobo, aseveró la técnica Maribel Calzado Calzado, Jefa de la brigada de trabajo.
“Unas 150 comidas y más de 500 bocaditos y módulos se venden diariamente, siempre en ascenso, lo cual da la medida de que nuestro aporte en medio de la pandemia de la Covid 19, también es útil”, dijo Calzado. Al momento de realizar la entrevista se buscaban los mecanismos para organizar la entrega de alimentos al personal de salud del hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas.
Valores de la organización
En el recinto se detienen las visitas, pero se mantiene la comunicación con su público más sensible, las familias que tienen niños con necesidades educativas especiales y dificultades físico-motoras. A ellos los especialistas de equinoterapia les orientaron ejercicios y actividades para realizar en casa, para no atrasar los tratamientos, y aseguran que mantienen el intercambio por vía telefónica.
Igualmente, el equipo de educación medioambiental desarrolla proyectos educativos para promover en las escuelas cuando la situación se normalice, y entre los más cercanos esta la celebración este 9 de mayo, del Día Mundial de las Aves. Las líneas de mensajes se emitirán a través de las redes sociales con el propósito de enseñar y educar el amor y respeto hacia la naturaleza.
Varios programas de embellecimiento se trabajan durante este periodo con el Fondo Cubano de Bienes Culturales y artistas de la plástica de la localidad. El enriquecimiento ambiental del área de los flamencos ya proporciona más atractivos al recinto, mientras, se trabaja en el nuevo diseño de los carteles y otras ideas cuyo móvil es conquistar la atención de los visitantes y educarlos en temas medioambientales.
La organización y disciplina en todo cuanto hace la familia de trabajadores del zoológico es visible. Queda esperar a que pase esta compleja situación para que el recinto gane más alegrías. Por lo pronto, hablamos de su obra de amor, en tiempos de pandemia.