La Habana, 16 abr.— Cuba ratifica el carácter socialista de la Revolución justamente cuando se cumplen hoy 59 años de la declaración de la ideología humanista e inclusiva del proceso revolucionario que triunfó el primero de enero de 1959.
Dicha proclamación ocurrió el 16 de abril de 1961, durante las honras fúnebres de las víctimas de los bombardeos estadounidenses a distintos puntos del territorio nacional.
En el sepelio, el máximo líder cubano, Fidel Castro, expresó: «esta es la revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por esta revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida».
Durante aquella jornada,la multitud congregada cerca del cementerio Cristóbal Colón, en La Habana patentizó, con los fusiles en alto, su decisión de defender la patria, por lo que la fecha pasó a la historia nacional como Día del Miliciano.
En la víspera, el 15 de abril, aviones enemigos camuflados con la insignia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias atacaron el aeropuerto de Ciudad Libertad, la base aérea de San Antonio de los Baños y el aeropuerto de Santiago de Cuba.
Este hecho fue el preludio de la invasión por Playa Girón -territorio ubicado en la central provincia de Matanzas-, donde una brigada armada, entrenada y transportada por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos arribó por la Ciénaga de Zapata el 17 de abril.
Luego de 60 horas de duros combates fueron derrotados los mercenarios, que se rindieron en Playa Girón al atardecer del día 19, y esta acción representó «la primera gran derrota del imperialismo en América Latina», al decir de Fidel Castro.
A las casi seis décadas de la declaración del carácter socialista de la Revolución, Cuba llega inmersa en una batalla por la vida, mientras se enfrenta a la pandemia del nuevo coronavirus.
Fieles a los principios socialistas, el Estado y el gobierno de la isla, a la par que garantizan la atención médica gratuita a todos los ciudadanos, adoptan medidas para frenar la enfermedad con el menor impacto posible en la población, pese al bloqueo económico impuesto por Estados Unidos.
