Salarios en Cuba: una mirada a los tres ultimos lustros

La Habana, 30 jun.— Ahondar en el comportamiento de los salarios en Cuba resulta un tema complejo, fundamentalmente por las inconformidades de los trabajadores con su valor y capacidad real de compra, muy a pesar de las transformaciones económicas que el país lleva a cabo desde hace varios años.

Ya en 2005 el salario mínimo se había elevado de 100 a 225 pesos mensuales mediante la Resolución 11 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), a lo que siguió la aplicación en los sectores de la educación y la salud de aumentos.

Un año después, la Resolución 201 del MTSS estableció un sistema salarial de aplicación a los trabajadores de las entidades de ciencia e innovación tecnológica pertenecientes al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y a los organismos de la Administración Central del Estado, órganos y organizaciones, incluidos los dirigentes y técnicos cuya función fuera la atención y control a las actividades de la investigación científica.

En 2014, el Consejo de Ministros aprobó el incremento del salario para más de 440 mil trabajadores del sistema de salud cubano, con lo cual se avanzó en la puesta en práctica de varios de los Lineamientos.

En ese mismo calendario se aprobó en el país la Resolución 17, la cual admitía las formas de pago por rendimiento en el sector empresarial -destajo y resultados- o tiempo en las unidades presupuestadas -por tarifa horaria y a sueldo-. Dicha normativa buscaba favorecer el aumento de la productividad, la eficiencia, la disminución de los gastos y costos, e incentivar el aprovechamiento de la jornada laboral.

Su aplicación tuvo un impacto positivo en el aspecto salarial, y al concluir el 2014 la productividad por trabajador alcanzó los 22 mil 852 pesos, 18 por ciento superior a lo previsto; el salario medio mensual fue de 600 pesos, 11 por ciento por encima de lo planificado; y el pago por resultado promedio representó el 30 por ciento del salario medio.

No obstante, esta resolución tuvo incumplimientos del indicador límite gasto de salario por peso de valor agregado bruto, por lo que se realizaron pagos sin respaldo productivo, pagos a trabajadores por debajo del salario mínimo aprobado en el país y penalización de todas las Unidades Empresariales de Base de una empresa por igual, entre otras.

Dos años después, se aprobaron modificaciones para solucionar tales desviaciones (Resolución 6/2016) y al cierre de 2018 el salario medio por trabajador del sistema empresarial ascendía a 871 pesos, superior en un seis por ciento al planificado.

Sin embargo, el sector presupuestado – Salud Pública, Educación, Cultura y Deporte, Administración Pública, Comunales, Vivienda y Defensa- no ha corrido igual suerte, si bien se han beneficiado con aumentos de salarios en los últimos tiempos trabajadores de la Unión Eléctrica que participan directamente en las actividades de operación y mantenimiento de la generación, del turismo, los que se desempeñan en la perforación de pozos de petróleo, de la Zona de Desarrollo Especial del Mariel, la Salud y atletas de alto rendimiento, entrenadores y especialistas del deporte.

Si se analiza el comportamiento del salario medio en Cuba en los últimos años, su incremento está dado, fundamentalmente, por el crecimiento de los ingresos personales en el sector empresarial, pues el salario medio en el presupuestado al cierre de 2018 era de 634 pesos, similar al de 2017, y en los organismos y órganos del Poder Popular, que no reciben incrementos desde 2005, de 485 pesos.

Este jueves el gobierno cubano anunció nuevas medidas económicas, las cuales comprenden un incremento salarial del sector presupuestado, al cual pertenecen 1,5 millones de trabajadores de los organismos de la Administración Central del Estado, los órganos locales del Poder Popular, las organizaciones y asociaciones, y en el que los sectores de Salud y Educación son los más representativos.

El salario mínimo se incrementará a 400 pesos y el medio mensual por trabajador se elevará a mil 067 pesos.

Además, se generalizará la aplicación de la Contribución Especial a la Seguridad Social a los trabajadores del sector presupuestado con un tipo impositivo del 2,5 por ciento a quienes obtengan ingresos mensuales de hasta 500 pesos y de un cinco por ciento a los que reciban salarios superiores a 500 pesos.

En gran medida se le da respuesta a demandas de este sector que han sido enunciadas en varios espacios, entre ellos el XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, este año. No obstante, ese crecimiento nominal del salario necesitará de un respaldo en bienes y servicios que apunte a un incremento real con la elevación de la capacidad de compra de esos dineros. Y como no se puede distribuir una riqueza que no se crea, es necesario elevar los niveles de eficiencia de la economía cubana, las producciones nacionales, la calidad de los servicios.

Las propias tensiones de la economía nacional, marcadas por el bloqueo de los Estados Unidos a la Isla, la dependencia de las importaciones, un lento desarrollo de la industria, de búsqueda de soluciones oriundas y crecimiento de las exportaciones, han provocado una presencia inestable en el mercado interno de productos, algunos de primera necesidad, lo que ha dado redundado en el alza de los precios.

El encarecimiento de algunos productos, como por ejemplo la carne de cerdo en los últimos tiempos por parte del sector privado, le ha restado poder adquisitivo a un salario que cada vez resulta menos efectivo y atractivo, de ahí que las nuevas medidas anunciadas por el gobierno cubano sobre el incremento de la remuneración en el sector presupuestado resulten tan necesarias.

Ahora, mientras llega la reforma salarial anunciada y las venideras transformaciones de la economía, el reto consiste en que el aumento de los ingresos se traduzca en producciones, eficacia y desarrollo. (Jeniffer Rodríguez Martinto)

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
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El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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