Guantánamo, 3 jun.— José Sánchez Guerra, Historiador de la Ciudad de Guantánamo, dictó hoy en esta ciudad una conferencia en la que realzó las dotes periodísticas del poeta, historiador y jurisconsulto Regino Eladio Boti Barreiro (Guantánamo 1878- 1958).
Boti Barreiro, quien además fue miembro correspondiente de la Academia de Historia de Cuba y es considerado el renovador de la lírica hispanoamericana de principios de la centuria anterior, realizó su disertación en el Centro de Arte y Literatura que lleva el nombre del autor de los poemarios Arabescos Mentales y El mar y la montaña.
En su exposición Sánchez Guerra cita como un momento culminante de la madurez política del bardo, su artículo Ellos y Nosotros (1900), subtitulado con el siguiente texto: “Divide y gobernarás, Maquiavelo”, en el cual define con claridad a los partidarios criollos del anexionismo y las consecuencias previsibles de que Cuba renunciara a la Independencia y formara parte de la Unión.
Sánchez Guerra evocó una frase del intelectual en la cual advierte a los anexionistas cubanos que “el yanqui nunca juega limpio•”.
En la revista Orto –escribe el Historiador de Guantánamo-, Boti expone que Estados Unidos es “nuestro natural enemigo por una ley de gravitación geográfica”.
“La Enmienda Platt -subrayó por entonces el más grande intelectual guantanamero de todas las épocas-, nos hace colonia de otra nación”.
Regino Rodríguez Boti, nieto y albacea literario del más grande intelectual guantanamero de todas las épocas, intervino para reforzar la hipótesis de su abuelo, quien afirmó en su libro Lira Cubana que la décima es un género poético más conocido en América Latina que en España, donde surgió en el siglo XV.
El descendiente del afamado literato leyó fragmentos del citado texto, también escasamente divulgado y una de las joyas que atesora el archivo familiar.
En esa obra, publicada en 1913, en la Villa del Guaso, Boti Barreiro precisa que pese a su origen europeo el citado género es más popular en América Latina, “porque reflejó las aventuras, penas y alegrías de los nativos de este continente”. (Pablo Soroa Fernández)
