Santiago de Cuba, 20 nov.— En la escuela santiaguera Eduardo Mesa Llul para niños sordos e hipoacúsicos se habla en presente y futuro del líder de la revolución cubana Fidel Castro Ruz. Cada sonido que rompe el silencio y en cada seña que logra el entendimiento y la comunicación está el eterno agradecimiento a quien siempre privilegió la enseñanza y felicidad de niños y niñas con con necesidades educativas especiales.
Siempre preocupado por el aprendizaje y el bienestar de niños y adolescentes con discapacidades físicas e intelectuales Fidel creó en Cuba la enseñanza especial. La escuela santiaguera Eduardo Mesa Llul para niños sordos e hipoacúsicos, en la localidad de Boniato, la inauguró el líder de la revolución en 1991 en pleno período especial, a ella volvió en cuatro ocasiones atento a cada necesidad.
Casi treinta años después, escuchar a la pequeña Emily, que nació privada de la audición, y en el 2015 se le realizó un implante coclear, articular hoy, palabras y frases es una alegría que si tiene NOMBRE. Ella puede con sonidos bastante entendibles decir “gracias Fidel”.
De esta suerte niños y niñas han logrado aprender a romper el silencio que la naturaleza les impuso. Así el trabajo unificado escuela-familia les proporciona una infancia feliz y les prepara para la vida de manera que sean capaces de integrarse a la sociedad de forma plena y activa.
Y aunque el día se llene de ecuaciones matemáticas, lecturas y nuevos sonidos que descubrir siempre queda tiempo para que Evangelista, que conoció y compartió con Fidel sus preocupaciones de maestra de esta enseñanza, les cuente del buen hombre que hizo construir esta escuela para que niños como ellos disfruten de una obra de infinito amor.