La Habana, 24 oct.— Cuba presentó su primer atlas nacional de bioenergía, considerado por Naciones Unidas como una valiosa herramienta para la toma de decisiones en pro del desarrollo sostenible.
El estudio aporta una amplia base metodológica a fin de estimar las potencialidades territoriales para incrementar el uso del biodiesel y el biogás por los productores rurales, tanto estatales como privados.
Financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el gobierno cubano, la investigación corrió a cargo de reconocidos especialistas de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes ‘Indio Hatuey’ (región central), con la colaboración de diversas instituciones.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) asumió la implementación del proyecto, cuyos resultados también deberán contribuir a la introducción de tecnologías de avanzada en el campo de las bioenergías.
En opinión de la representante residente adjunta del PNUD, Soledad Bauza, el atlas constituye una ‘importante herramienta’ que aporta información sobre las potencialidades para producir biogás y biodiesel en las ramas agropecuaria y forestal, lo que incluye el aprovechamiento de los residuos agroindustriales.
Es un reporte científico alineado con las bases del plan nacional de desarrollo económico y social hasta 2030, que contempla reducir la contaminación ambiental e incrementar el aporte de las fuentes renovables en la matriz energética nacional, destacó.
El atlas, consideró, también apoya los esfuerzos del país para implementar la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, la cual incluye entre sus metas la elaboración de indicadores que permitan medir los progresos en materia de desarrollo sostenible como complemento al Producto Interno Bruto y la creación de mayores capacidades estadísticas.
Según explicó el investigador Alfredo Curbelo, el atlas de bioenergía forma parte de un proyecto de mayor alcance dirigido al fomento de las tecnologías de energías limpias en áreas rurales de Cuba.
