Sarajevo, 6 oct.— Más de tres millones 300 mil ciudadanos de Bosnia y Herzegovina (BiH) con derecho al voto tienen la posibilidad de concurrir a las urnas mañana a las elecciones generales que deben decidir los nuevos poderes.
Un complejo entramado deberán enfrentar para decidir quiénes conducirán los destinos de un país con tres pueblos constitutivos (bosnios, croatas y serbios) y dos entidades estatales (Federación de BiH y República Srpska), resultado de una guerra (1992-1995) y los acuerdos de Dayton de 1995.
Deberán elegir los miembros de la presidencia de BiH (tres, uno por cada nacionalidad constituyente), los diputados para la Cámara de Representantes, los de la Cámara del Parlamento, el presidente y el vicepresidente de la República Srpska, y los legisladores de la Asamblea Nacional de República Srpska.
También se votará por los representantes de la asamblea cantonal en la Federación de BiH.
Para mayor complejidad del proceso, el octavo en la corta historia de este país de 51 mil 197 kilómetros cuadrados y tres millones 531 mil 159 habitantes, son 72 los partidos políticos registrados para tomar parte y 39 los candidatos independientes
El padrón electoral es de tres millones 352 mil 933 ciudadanos, de los cuales dos millones 92 mil 336 corresponden a bosníacos y croatas y un millón 260 mil 597 a la República Srpska.
Para la presidencia colectiva, integrada por tres miembros (uno por cada nación) se presentaron 15 candidatos, de los cuales seis corresponden a los bosníacos, cinco a los croatas y cuatro a los serbiobosnios.
Una encuesta realizada por el canal televisivo regional N1, una especie de filial de la CNN, en un sector de Sarajevo arrojó como resultado una gran confusión entre los posibles votantes acerca de qué y a quién están eligiendo.
Asimismo, mostró un probable alto nivel de abstencionismo (se calcula que un 30 por ciento), así como un 15 por ciento de indecisos.
Dos días antes de la Hora Cero, varios movimientos se produjeron entre las filas de los eventuales candidatos, con la retirada de algunos a foro de otro aspirante de su partido, así como la insólita participación del primer ministro de Croacia, Andrej Plenkovic, en un acto proselitista en Mostar, sector croata-bosnio.
El hecho provocó reacciones en contra en República Srpska, cuyas autoridades pidieron al presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, que no asistiera a la inauguración de un hospital, fijada con antelación, para obviar cualquier entredicho.
Además, expresaron su sorpresa ante el silencio cómplice de la Unión Europea y Estados Unidos, que en los últimos meses realizaron una campaña mediática acusando a Belgrado y a Moscú de inmiscuirse en el proceso electoral de BiH.
