Palma Soriano, Santiago de Cuba, 30 may.— Al acercarnos al día de internacional de la infancia se puede afirmar que los niños en Cuba son felices. Es evidente que con pandemia, retos y limitaciones, nada frena la alegría infantil en los hogares cubanos.
En estos días se pueden citar muchos ejemplos de su labor preventiva, pues con su ingenuidad casi sin poder articular palabras, saben decir ¡Abajo el coronavirus ¡ ¡lávese las manos y quédese en casa!, sus recomendaciones son dichas de muchas maneras, pero son las más frescas y comunicativas que han llegado a través de los medios analógicos y digitales.
También entre las memorias de esta cuarentena hay pequeños como Carlos, Joaquín y Manuel que les ha tocado el lado más triste de esta pandemia. Se trata de los tres niños palmeros que son hermanos y dieron positivos a la Covid-19, teniendo que separarse de familia, ellos aunque volvieron felices a su hogar, los adultos sabemos que les quedarán huellas.
Pero la alegría infantil no cesa y otros niños como Alejandro Isaac Castañeda, Nicol Castañeda y Lis Ivet Del Toro Castellano, gracias a la dedicación de la familia se han apegado más a la obra martiana y recitan sus poesías, cantan y hasta cuentan historias de “La Edad de Oro”.
Hasta a distancia en sus llamadas telefónicas transmiten su desenfado y alegría al decir como reitera el pequeño Yosgua Quiñones “Abuela cuando se acabe el coronavirus ven a buscarme, te amo”…….
Lo real es que ya sea frente a la tele o jugando por la casa son muchas las maneras en que ellos inundan en el hogar, demostrando en estos días que aún en tiempos difíciles, los niños en Cuba son felices.