Santiago de Cuba, 10 dic.— En el aniversario 30 de la Operación Tributo Contramaestre rindió homenaje a sus mártires, en un sentida ceremonia donde las nuevas generaciones fueron los protagonistas. Bien temprano en la mañana los pinos nuevos se unieron a pobladores de todas las edades que no quisieron perderse otro momento glorioso en la tierra de Olo Pantoja, el Olo de la guerrilla del Che en Bolivia.
La tradicional peregrinación en homenaje a los mártires caído en misiones internacionalistas contó con la presencia de las autoridades del municipio encabezadas por el primer secretario del Partido José Ángel Labrada Castillo. Una columna humana acompañó a los familiares de nuestros héroes al cementerio de Mije donde se encuentra el Panteón que guarda los sagrados restos.
Con profundo respeto y sentida admiración fueron andando el mismo camino que el 7 de diciembre de 1989, cuando toda esta comunidad del centro sur del oriente de Cuba, dijo el último adiós a sus héroes. Entonces Fidel diría con voz emocionada: “…A esta hora, simultáneamente, en todos los rincones de donde procedían, se da sepultura a los restos de todos los internacionalistas que cayeron en el cumplimiento de su noble y gloriosa misión…”.
Nuestros héroes ni olvidados ni muertos. Al pase de revista le siguió la poesía revolucionaria, la canción comprometida. En cada discurso un solo compromiso: honrar la memoria de los caídos con más trabajo, más resultados, más vigor a la tarea de defender la patria desde la trinchera ideológica.
Las lágrimas de familiares se fundieron con el coro de voces que elevó la decisión inamovible de “Patria o muerte“, la misma que acompañó a los hijos inolvidables de esta tierra en sus misiones por un mundo mejor. No hubo una declaración en la que madres curtidas por la vida no hablaran con orgullo de sus hijos.
No fue difícil leer el compromiso en la mirada del estudiante, del joven trabajador, del pueblo todo que expresó así su más fuerte convicción de que estamos hechos de esa naturaleza irredenta que nos llevó a otras tierra del mundo con el modesto esfuerzo del que nos hablara el guerrillero heroico.
Así se vivió otra mañana de gloria a los caídos, nutridos con el ejemplo inmortal de ellos, los mejores hijos de Contramaestre.
