Holguín, 5 dic.— El programa cubano de implante coclear, ha beneficiado a más de 500 pacientes desde su creación el cuatro de diciembre de 1997 por iniciativa del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro, según trascendió en la ciudad de Holguín durante la clausura de la jornada de Discapacidad y Salud Pública.
Este proyecto beneficia a niños con discapacidades auditivas, sobre todo los sordo-ciegos y les permite una mejor calidad de vida, a través del mejoramiento de las habilidades comunicativas y del lenguaje.
La doctora Sandra Bermejo, asesora para el Ministerio de Salud Pública en discapacidad auditiva y especialista en otorrinolaringología, subrayó durante una conferencia que el protocolo para este tratamiento incluye una etapa de selección del candidato, la colocación del implante y la rehabilitación y sostenimiento del dispositivo.
Destacó que esta alternativa incluye un grupo multidisciplinario conformado por audiólogos, logopedas, psicólogos, logofoniatras, oftalmólogos, genetistas, entre otros expertos, donde la familia tiene un rol fundamental.
El procedimiento de alta tecnología, puntualizó la especialista, requiere un proceso de rehabilitación a través del cual se ajustan los dispositivos para la percepción de sonidos, teniendo en cuenta las características de cada paciente, lo cual permite la inserción escolar.
De los pacientes implantados, 37 corresponden al grupo de los sordociegos, los cuales se caracterizan por una pérdida de las funciones auditivas y visuales.
El implante coclear consiste en la inserción de un dispositivo que convierte los sonidos en señales eléctricas, las cuales son procesadas y percibidas por los pacientes a través de esta técnica , según la Enciclopedia Cubana Ecured.
Daniel Alejandro Vijaul, quién es sordociego a causa de un parto prematuro, expresó sentirse muy feliz por poder escuchar y comunicarse con las personas, gracias a esta tecnología.
Actualmente existen centros de apoyo a programas en La Habana, Villa Clara y Granma, los cuales garantizan el seguimiento de estos pacientes durante toda su vida, además de los equipos de trabajo conformados en las distintas provincias. (Eileen Esther Molina Fernández)
