Las Tunas y Guantánamo demuestran que es posible cumplir con el Programa de la vivienda

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Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

En la Constitución de la República se establece como derecho de los cubanos poseer una vivienda adecuada y, en esa ruta, este año Las Tunas y Guantánamo muestran resultados

Son más de 900 000 las viviendas que Cuba se ha propuesto construir en un periodo de no más de diez años, con el objetivo de evitar el deterioro irreversible de este patrimonio que impacta a la familia. La cifra, aunque pareciera inalcanzable, forma parte de un diseño estratégico que viabiliza su concreción y genera optimismo con las más de 25 000 que se han logrado en 2019.

El paisaje constructivo no solo demanda casas, sino de un sentido de la urbanidad que entraña otras infraestructuras imprescindibles, y de formas organizativas que alcancen dimensiones superiores ante este desafío.

En la Constitución de la República se establece como derecho de los cubanos poseer una vivienda adecuada y, en esa ruta, este año Las Tunas y Guantánamo muestran resultados que resaltan su gestión en tan sensible tema y demuestran que es posible cumplir este Programa.

EMPEÑOS QUE HACEN CRECER LOS CIMIENTOS

Con una sonrisa de extremo a extremo, Reyna Margarita Barbier Romero nos recibe en su casa, ahora nueva, marcada con el número 154, en la calle Santa Rita, entre 9 y 10 norte, en la ciudad de Guantánamo.

La septuagenaria mujer y su esposo, ambos enfermos y jubilados, figuran entre las 2 221 familias de baja solvencia económica que recibieron subsidio estatal en esta provincia, para emprender acciones constructivas en sus viviendas, conforme a lo establecido en el acuerdo 7387 del Consejo de Ministros.
Según Reyna Margarita, fue Mariela Carballo Vidal, delegada de la circunscripción 32 del consejo popular Caribe, a la que ella pertenece, quien agilizó la solución del problema.

«Opté por seguir una sugerencia del Presidente Miguel Díaz-Canel –acota Mariela–: le expuse a varios albañiles particulares la necesidad de ayudar a Reyna Margarita en la construcción, tres de ellos asumieron la tarea sin exigir tanto dinero. Los secundó una brigada de vecinos y varios trabajadores de la Federación de Mujeres Cubanas y de los CDR en la provincia».

«En mi casa la gente trabajó durante más de un mes, a veces hasta las 11 de la noche. Mira lo que nos han regalado mi Gobierno, mis vecinos y mi delegada», dice agradecida Barbier Romero.

La participación popular, a juicio de Carlos Raúl Martínez Turro, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial (CAP) para atender las inversiones, es importante en el despegue del territorio en el programa de construcción de viviendas.

Añade que brigadas constituidas para esos fines funcionan en consejos populares de Baracoa y otros municipios. Ese aporte comunitario secunda el esfuerzo conjunto de 32 organismos y entidades de la provincia, vinculados con la construcción de viviendas para trabajadores y damnificados por desastres naturales.

Al cierre de agosto Guantánamo construyó 1 182 de los 1 917 hogares previstos en el plan del año. De las moradas concluidas 132 son resultado de la adaptación de 35 de los 111 locales identificados para esos fines en el territorio.

Tales vientos renovadores llegaron a Cecilia, antiguo batey azucarero desprotegido durante años. Del que fuera un albergue cañero salieron dos confortables casas, halagadas por María Luisa Fernández y Teresa Escobar, sus dueñas.

«Pasa y mira –invita sonriente María Luisa–, no tengo cómo agradecer esta maravilla». Mientras, Teresa lo resume todo en una expresión: «Nosotras cocinábamos con leña, ahora usamos olla arrocera, multipropósito, cocina de inducción, ¡qué cambio!».

Tres locales en adaptación le aportarán a Cecilia 19 viviendas nuevas, afirma Rolando Cantillo, vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal (CAM) en Guantánamo, quien agrega que ya comenzó el movimiento de tierra para construir otros 49 hogares en ese sitio.

Cantillo pondera, como una fortaleza para concretar el ambicioso programa, la existencia de una minindustria de materiales de la construcción ubicada en el centro del batey, donde se producen bloques, lavaderos, mesetas, lozas canales y otros componentes.

Extendida a todos los municipios y a decenas de consejos populares guantanameros, la producción local de materiales de la construcción deviene soporte esencial del programa de la vivienda, asegura Carlos Raúl Martínez Turro.

«Tras el paso del huracán Matthew surgieron las primeras minindustrias de ese tipo en el territorio, en los municipios de Maisí, Baracoa, Imías y San Antonio del Sur. Hoy la provincia cuenta con 45, en las que laboran más de 700 trabajadores, incluidos 405 cuentapropistas», abunda Martínez Turro.
Dos ejemplos citados por el Vicepresidente del CAP ilustran los progresos del territorio en su capacidad de producir materiales para el programa de la vivienda: «Siete años atrás, Guantánamo producía 33 000 bloques, hoy produce más de 3 millones. Hacíamos elementos de piso para 20 viviendas al año, hoy lo hacemos para más de 500».

Por lo pronto, más de 2 000 familias guantanameras esperarán 2020 en hogares nuevos, según pronósticos, porque en Guantánamo, deben construirse más de 40 400 en el término de una década.

EL BIEN DE TODOS SE CONSTRUYE ENTRE TODOS

Recuperar técnicas alternativas de construcción, revitalizar el movimiento popular que en los años 80 fue creado con ese fin y definir lugares donde pudieran levantarse polos de viviendas, son algunas de las estrategias a las que apeló Las Tunas como parte de la política implementada por el país para dar solución a las problemáticas identificadas en este sentido.

De esa manera fue posible que el mampuesto y el ladrillo recuperaran el papel protagónico que una vez tuvieron, lo que unido a la producción local de materiales ha permitido incrementar los recursos industriales de que se dispone. Todo ello hace que la meta de edificar alrededor de 44 000 viviendas en diez años sea cada vez más tangible.

«Nos dimos a la tarea de realizar un grupo de acciones para cumplir nuestro plan, utilizando las técnicas alternativas que en otros momentos históricos se manifestaron con éxito en la provincia. Otra acción fue el levantamiento de las viviendas del fondo paralizado que tenían un avance significativo, llevaban menos recursos y era posible terminarlas en poco tiempo.

«También seleccionamos locales que podían adaptarse y nos dimos a la tarea de crear polos de construcción de viviendas en todos los municipios donde pudiéramos vincular a las personas a los procesos constructivos y convertirlos así también en veladores de la calidad», explicó a Granma Héctor Rodríguez Espinoza, director provincial de Vivienda en Las Tunas.

Esas estrategias han hecho posible que existan en este territorio 15 polos que agrupan 1 300 viviendas en diferentes etapas constructivas.
Aunque se mantienen todavía 7 143 afectaciones de fenómenos naturales, el mampuesto ha sido una alternativa muy eficaz, de la cual es el polo Blanca Rosa del municipio de Majibacoa un notable ejemplo. Allí prima el agradecimiento de sus moradores, aunque algunos de ellos opinan que es vital solucionar las insatisfacciones pendientes.

Zenia Peña Vidal es una madre que hoy cuenta con un hogar confortable para sus hijos en el mencionado polo: «Yo primero que nada debo decir que estoy muy agradecida, porque yo tengo una situación difícil, con una niña que tiene serios problemas de salud y hoy puedo tener esta casa que de otra manera sería imposible. Pero verdaderamente todavía hay cosas que no se han terminado y he ido varias veces a plantearlo y me dicen que van a venir, pero no han venido.

«Soy un paciente de quimioterapia y tengo cinco niños y una esposa igualmente con problemas de salud –explica Keiler Batista Guerra–. Esta vivienda es está muy buena eso es cierto. Nuestra inquietud es la bodega, porque no nos traen el pan y la leche aquí y nuestros niños van a la escuela. Algunas otras viviendas necesitan impermeabilizarse, porque se humedecen. Pero más allá de esas insatisfacciones estamos agradecidos».

El polo ubicado en el reparto Sosa Oeste del municipio cabecera está aún lejos de parecerse a lo logrado en Blanca Rosa, aunque sus vecinos confían en que así será. Sin embargo, también tienen preocupaciones latentes, como es el caso de Yanneris Olano Regal: «A nosotros se nos da derecho a la vivienda por un derrumbe total producto del ciclón Ike. Hace un año y nueve meses que empezamos a construir y aún no está terminada la vivienda. Las

paredes están cuarteadas, el piso hubo que levantarlo varias veces y volverlo a poner, el repello de las paredes se ha ahuecado en varios lugares y se cae. Yo no me he podido mudar porque en estas condiciones no me dan el habitable y no puedo traer a mi niña para aquí».

Sin embargo, aunque resulta vital prestar oído a tales preocupaciones para perfeccionar lo logrado, vale destacar que se han concluido hasta la fecha 1 052 hogares de los 1 621 previstos en el plan anual.

El propósito es construir. Tal empeño, que reclama aún mayores esfuerzos, calidad de las obras y cultura del detalle, multiplicará, sin duda, las sonrisas de millones de cubanos. (José LLamos Camejo y Leidys María Labrador Herrera)

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Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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