La Habana, 19 ago.— El control popular es fundamental para evitar las enfermedades trasmitidas por el Caracol Gigante Africano, plaga que daña los cultivos y también afecta seriamente la salud humana.
En opinión de la doctora Carilda Peña García, directora de vigilancia y lucha antivectorial del Ministerio de Salud Pública (Minsap), lo más importante es la percepción de riesgo; debemos ocuparnos y preocuparnos por cumplir las orientaciones sanitarias, y si tuviéramos el caracol en las viviendas o los alrededores saber cómo eliminarlo, enfatizó.
Si no se cumplen las medidas que se divulgan a la población, entonces si puede padecer la enfermedad transmitida por el nemátodo, un parásito que vive o se aloja en el Caracol Gigante Africano, alertó en declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias.
Según expertos este molusco puede producir la meningoencefalitis eosinofílica, una afectación a las meninges a partir del parásito que porta el referido caracol, y eso tiene una traducción clínica que es una forma neurológica.
El programa de síndrome neurológico infeccioso bien establecido e instituido por el sistema nacional de salud pública contempla las meningoencefalitis por varias causas.
En Cuba, la más frecuente que se puede evaluar es a partir del caracol gigante, porque las otras causas no las tenemos aquí, aclaró.
Precisó que ya el país posee un sistema de información en salud pública el cual permite conocer la aparición de la meningoencefalitis eosinofílica con una mirada epidemiológica diferente, porque antes de tener este molusco no constituía una señal de alarma.
Existe el caracol y hay un grupo de medidas, pero no estamos exentos que alguien no tome las precauciones y tenga una meningoencefalitis de este tipo, si aparece también se cuenta con el sistema preparado para detectarla, aseguró la directora de vigilancia y lucha antivectorial del Minsap.
Según las autoridades de sanidad vegetal, excepto en Cienfuegos y Guantánamo, en el resto de las provincias ha habido presencia de ese caracol, pues Cuba es un país tropical y están todos los factores.
Esta es una plaga de interés de la agricultura, porque el daño fundamental que causa apunta a los cultivos, por lo cual es necesario adoptar medidas preventivas, señaló.
La especialista alertó que si se detecta esa concha inusual en su domicilio, se debe informar al consultorio, ó al departamento de control de vectores cercano ó al policlínico para hacer el diagnóstico, por cuanto todos los caracoles no son gigante africano, aclaró.
Una vez realizado el diagnóstico se le orienta a la familia, a las personas, a los vecinos, a las cuadras, al barrio, cómo controlar esta plaga.
Hoy no existe un cuerpo, ni de salud, ni de la agricultura para el control de esa plaga, baste evaluar con un nivel de conciencia que la reproducción es extremadamente alta, por lo cual se necesitarían miles de personas para hacer la campaña, entonces con medidas de protección muy sencillas se evitan males mayores, acotó.
Advirtió la experta que no se pueden tocar con las manos ni los huevos ni el caracol, lo que lleva es la destrucción, que puede ser mecánica.
Se pone en una bolsa de nylon cualquiera que sea, lo destruye, le hace un nudo, lo entierra o lo dispone en la basura, de tal manera que no se riegue, y con los huevos se hace lo mismo.
Sugirió que, además, se puede devastar con sal, pero con cuidado de manera que ese líquido que expele la destrucción del caracol no se riegue porque ahí está el nemátodo, que cuando se seca, pierde las condiciones de humedad y muere.
Si se dispone de cal, se hace el mismo tratamiento, es decir se entierra, pero muerto, pues si lo sepultamos vivo el sale de la tierra, y de esta manera se pierde el control, alertó.
Otras acciones de prevención son mantener limpios los jardines y patios, medidas que ninguna campaña las puede hacer, recalcó.
Independientemente del actuar de las autoridades de sanidad vegetal y de salud pública, el control de este caracol a todas luces es popular, concluyó. (Iris Armas Padrino)
