Santiago de Cuba, 24 jun.— La familia constituye la célula fundamental de la sociedad por ello es importante, asumir el encargo de la contribución que se puede y debe hacer en cuanto a la educación en valores de niños y jóvenes, puesto que la familia es el eslabón primario de la socialización .
Existen otras organizaciones en la sociedad que contribuyen al sustento de los valores, sobre todo en niños y los más jóvenes o inexpertos por la edad. Igualmente los centros y niveles de enseñanzas, junto a su personal docente, tienen su papel protagónico en lo que a educación en valores se refiere.
Solo se logrará afianzar la defensa de la identidad nacional, la conservación del patrimonio cultural y la capacidad para apreciar los logros que la sociedad cubana ha alcanzado en estos últimos años, con niños, niñas y jóvenes, mejores preparados espiritualmente.
En las comunidades y barrios, tienen las organizaciones de masas como la FMC, los CDR, la ACRC, también su espacio para influir en los jóvenes. Desde estas estructuras y con su ejemplo, se tributa también a la formación de la juventud y sin dudas esto contribuirá a que más tarde se proyecten en la sociedad cubana de manera correctamente.
La educación en valores en nuestra sociedad, es la oportunidad de que los jóvenes, niños y niñas asuman actitudes responsables, siendo personas más dignas, educadas y humanas siempre con el objetivo de que serán fieles cuidadores del medio donde han recibido la educación e instrucción que hoy poseen.