Santiago de Cuba, 17 nov.— En mis años mozos como periodista conocí a esta infatigable mujer. Mi primer encuentro con Graciela Martínez Cantero no pudo ser mejor. Me tendió su mano y a partir de momento –por allá en los años de la década de los setenta- fui aprendiendo con ella todos los secretos de la producción de azúcar.
Han pasado los años, pero ella sigue con ese espíritu entusiasta que contagia a todos, tal parece que ha detenido el calendario. Risueña y emprendedora como nadie recibió el premio Por la Obra de la Vida.
Mucho se pudiera hablar de esta fundadora del Ministerio de la Azúcar y Sindicato Azucarero. Al primero, como ella misma dice le debe toda su formación como técnica dentro de la industria y al segundo su recia actitud para defender a los trabajadores del sector.
Cuentan que comenzó a trabajador en el central “América Libre” en el municipio Contramaestre. Allí cerró filas en la primera zafra del pueblo, primera que se hacía luego de la nacionalización de los centrales azucareros.
En el ingenio contramaestrense se mantuvo laborando hasta el año 1972 en que asume la jefatura de la Sala de control del central “Dos Ríos”, de Palma Soriano. Allí realizó un magnífico trabajo, el cual contribuyó a que fuera promovida a Inspectora en la Empresa Azucarera de Santiago de Cuba, cuya sede en aquellos años estaba en el batey del «Dos Ríos.
Durante todos estos años ha jugado un importantísimo papel en la Asociación de Técnicos Azucareros de Cuba (ATAC) en la provincia. Como cuadro cumplió todas las tareas emanadas por la dirección nacional, en especial la superación de los técnicos azucareros.
También Graciela Martínez Cantero atesora importantes premios, certificados y reconocimientos a lo largo de su ejemplar trayectoria.
Ella es como un libro abierto para los jóvenes que ingresan a este importante sector productivo. Tal como lo percibí cuando la conocí. Hoy, en condición jubilada, participa en todas las actividades de su asociación, donde siempre se le estima y respeta.