Palma Soriano, Santiago de Cuba, 26 nov.— Un grupo de colaboradores palmeros que estaba de vacaciones en la patria retoman a Brasil para organizar el traslado de sus pertenencias y despedirse de sus pacientes.
En conversación con tres de ellos conocimos su respaldo a la decisión de Cuba de que regresaran a la patria y compartieron sus vivencias.
La doctora Beatriz Rosales Ponce nos comenta que “todo el grupo que estaba en Brasil respalda la decisión del gobierno cubano, porque no es aceptable que ningún Presidente difame sobre la calidad de los profesionales cubanos. Estamos contentos también porque yo estaba de vacaciones y han decidido que retornemos a Brasil a recoger nuestras cosas, y despedirnos de nuestros pacientes. Yo me siento con la satisfacción del deber cumplido, estuve dos años en una zona de interiores, en Río Grande, con una población muy carente, adquirí muchas experiencias profesionales y personales, una población donde muchos nunca habían visto un médico. Cuando yo llegué ya por ahí habían pasado otros médicos cubanos por eso fue más fácil, ya habían pasado tres años del programa, los médicos brasileños ya estaban adaptados a nuestra presencia. En la medida que fui demostrando mi calidad de médico, mi experiencia, la que fui adquiriendo, me fui ganando a la población, porque la medicina cubana es eso amor, vocación y humildad y todo eso el pueblo brasileño lo percibe “.
También apoya la decisión del Ministerio de Salud Pública cubano la doctora Yuritza Veloz Valdés y nos cuenta que en Brasil atendió una población muy, muy pobre, que estaba en zonas de difícil acceso, que nunca había visto a un médico porque los galenos brasileños eran incapaces de llegar. Muchas veces llegaban a sus casas y no tenían agua, ni alimentos y no estaban acostumbrados a ser atendidos por médicos, ni al amor, el cariño y la comprensión de sus problemas y siempre valoraron la medicina humanista que practican los cubanos.
El doctor Frank Delgado del Toro, agregó “que esta ha sido una misión en la que ha adquirido mucha experiencia, estuvo dos años, una misión de mucho intercambio de cultura, atendí población de clase media y pobre al principio los pacientes marcaban una gran distancia de nosotros, pero fuimos ganándonos su confianza con los valores y los principios que tenemos como médicos cubanos. Nos invitaban a compartir con sus familias, nos visitábamos. Ahora regresamos a buscar nuestras cosas y sé que encontraré muchas lágrimas, abrazos, agradecimiento, porque sembramos mucho amor en esa población. Recibo muchos mensajes diciéndome que me extrañan y que agradecen nuestra entrega”.
Con estos testimonios queda demostrado que le pueblo brasileño sí conoce de la valía de nuestros médicos.