Santiago de Cuba, 24 nov.— Las confecciones femeninas, masculinas e infantiles del Taller Atelier Santiago, de la Empresa de Industrias Locales, tienen gran aceptación en las ferias y Noches Santiagueras que desarrolla la ciudad, por la calidad y variedad del tejido, y modelos.
Melba Betancourt Ramírez, administradora de ese centro formado en su mayoría por mujeres, destacó a la ACN que ello permitió cumplir su plan de ventas del año con un millón y medio de pesos, y pretenden cerrar diciembre con dos millones, al tener asegurada la materia prima.
Buena parte de esta, dijo, es de licra, con la cual elaboran blusas, vestidos y pegados largos y cortos para señoras, jóvenes y niñas, mientras con otros tipos de telas producen pantalones de hombre, shorpetas, juegos de niños y toallas.
Para las carpas que se ubican en la Plaza de Marte los sábados, a las que sumaron ahora las del área denominada El Banquete, en la Avenida de Céspedes, que permanecerán hasta fines de año, fabrican además artículos para el hogar como alfombras, mientras que al Parque de los Sueños destinan pelotas y muñequería, puntualizó.
Otras líneas son los uniformes de deportistas y las carpas, estas últimas de conjunto con la fábrica Retomed por pedidos de diferentes provincias.
Sus 41 trabajadores se benefician con el pago por resultados de trabajo y el salario oscila entre los 900 y mil 500 pesos.
Una activa participación en los Forum y eventos de mujeres creadoras auspiciados por la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir) caracteriza a Atelier Santiago, perteneciente a la Unidad Empresarial de Base Artesanía e Industria.
En el reciente evento femenino de las Industrias Locales, en octubre, ganó el primer premio con el Almohadón sorpresa, hecho por Viridina Doussá y con dos funciones útiles, ya que en su interior tiene como relleno un cubrecama hecho de recortería textil.
Con 36 años en las Industrias Locales, Melba Betancourt es de las dirigentes que anima a sus trabajadores a cumplir, y se mantiene incansable su gestión para asegurar la materia prima para que las máquinas de coser no se detengan. (Marlene Montoya Maza)
